Análisis sobre la situación actual de la campaña de Kamala Harris y los desafíos que enfrenta como mujer y figura pública.

Según Obama, hay una resistencia notable entre algunos hombres afroamericanos hacia la idea de que una mujer ocupe la máxima posición #política del país.
Esta situación plantea una serie de interrogantes sobre la percepción de género en la política estadounidense.
Es pertinente recordar que Hillary Clinton, la primera mujer en ser nominada a la presidencia por un partido importante en 2016, no perdió únicamente por su condición de mujer.
Su derrota fue atribuida a varios factores, como la falta de campaña intensa en estados clave, incluidos Wisconsin y Michigan, y su percepción pública no muy favorable.
Clinton, en lugar de afrontar el complejo panorama de la misoginia en la política, a menudo se centró en las quejas sobre el sexismo que enfrentó.
Por otro lado, el estratega político James Carville ha cuestionado si la verdadera problemática de Harris radica en que muchos estadounidenses todavía son reticentes a votar por una mujer, y más aún, por una mujer de color.
"No vamos a cambiar su género o su origen étnico antes del día de las elecciones
Sin embargo, él argumenta que no hay tiempo que perder. "No vamos a cambiar su género o su origen étnico antes del día de las elecciones, así que no perdamos energía en eso", dijo. Carville enfatiza la necesidad de que la campaña de Harris se vuelva más agresiva y proactiva.
La campaña actual de Harris se ha centrado en apariciones en programas como 60 Minutes y The View, pero, a pesar de su esfuerzo mediático, no ha logrado impactar significativamente la opinión pública.
Carville sugiere que es momento de que Harris deje de contestar preguntas y comience a plantear sus propias interrogantes. Se pregunta cómo puede J.D. Vance afirmar que Trump es el padre de Obamacare cuando, en realidad, Trump ha intentado derrocarlo en numerosas ocasiones.
La estrategia de Harris debería incluir mostrar imágenes de jueces de derecha que Trump podría designar para la Corte Suprema, preguntando si los estadounidenses están listos para una corte aún más radical.
También debería informar sobre el impacto destructivo de las tarifas, planteando la posible pérdida de empleos para los ciudadanos.