El congresista republicano George Santos fue expulsado de la Cámara de Representantes de Estados Unidos tras ser acusado de corrupción y malversación de fondos de campaña. La votación para su expulsión fue de 311 votos a favor y 114 en contra, superando la mayoría necesaria de dos tercios. Santos, de 35 años, se convierte en el sexto miembro en ser expulsado de la Cámara debido a las acusaciones en su contra. Este hecho marca la primera vez que se expulsa a un congresista sin estar relacionado con la Confederación o haber sido condenado por un delito.
El representante republicano George Santos, acusado de corrupción y malversación de fondos de campaña, fue expulsado de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en una votación que contó con 311 votos a favor y 114 en contra.
Esta decisión superó la mayoría necesaria de dos tercios y marca una importante confrontación en la política nacional.
Santos, de 35 años, se convierte en el sexto miembro en ser expulsado de la Cámara, pero es el primero en ser expulsado sin tener relación con la Confederación o sin haber sido condenado por un delito.
Su breve carrera como congresista llega a su fin después de enfrentar varias acusaciones y revelaciones sobre su pasado.
Luego de la votación, se produjo un aplauso disperso en la sala de la Cámara.
Mientras Santos abandonaba el Capitolio rodeado de periodistas, declaró: '¿Saben qué? Como oficialmente ya no soy miembro del Congreso, ya no tengo que responder ninguna pregunta de ustedes'.
Posteriormente, un empleado del Capitolio fue visto cambiando la cerradura del antiguo despacho de Santos, y se retiró el letrero con su nombre de la puerta.
En el suelo, se encontraba un pequeño ramo de flores rosadas, como señal de despedida.
La carrera de Santos en la Cámara de Representantes duró casi 11 meses, aproximadamente la mitad de su mandato de dos años.
Su expulsión es solo uno de los muchos eventos controvertidos ocurridos en la Cámara en los últimos meses, que incluyen el despido del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, a manos de un pequeño grupo de republicanos radicales de derecha.