El magnate tecnológico busca respaldar a Rick Scott para suceder a Mitch McConnell en el liderazgo del Senado, alineándose con la agenda de Trump.

En Washington, Elon Musk ha comenzado a ejercer su influencia en la contienda por reemplazar al líder del Senado republicano, Mitch McConnell, quien se retirará al inicio del nuevo Congreso de Estados Unidos en enero.

Musk, al aprovechar su proximidad a Donald Trump, busca posicionar a un leal seguidor de MAGA en la cima del partido.

Los republicanos estarán eligiendo este miércoles a su nuevo líder del Senado entre tres candidatos: el senador por Dakota del Sur, John Thune; el senador de Texas, John Cornyn; y el senador de Florida, Rick Scott.

Durante una conferencia de prensa en 2017, McConnell estuvo acompañado por Thune y Cornyn, enfatizando en su entorno de trabajo y su liderazgo en el partido.

A pesar de las especulaciones, Trump no ha hecho una declaración pública sobre su candidato preferido, ya que respaldar a un candidato que no obtenga éxito podría resultar embarazoso para él.

Esta incertidumbre surge en un contexto donde se proyecta que la Cámara de Representantes seguirá bajo control republicano, lo que le otorgará al partido de Trump el control de ambas cámaras del Congreso.

Musk, conocido por invertir decenas de millones de euros en la campaña de Trump, ha decidido lanzar su apoyo a Scott, afirmando que el próximo líder del Senado "debe responder a la voluntad del pueblo" para poder llevar a cabo la agenda del expresidente.

Recientemente, el ex presentador de Fox News, Tucker Carlson, hizo eco de esta postura en X, declarando que Scott es el "único candidato que está de acuerdo con Donald Trump". Además, Robert F. Kennedy, Jr., un antiguo demócrata que se ha alineado con Trump, advirtió que la "totalidad de la agenda de reforma de Trump" se vería comprometida si Scott no es elegido.

Rick Scott es considerado como el favorito del mundo MAGA, mientras que Thune y Cornyn son percibidos más como republicanos del "establishment", quienes en ocasiones han expresado críticas hacia Trump.

Carlson, en su mensaje, no escatimó en palabras al calificar a dos de los tres candidatos como enemigos de Trump, señalando particularmente a John Cornyn como un "liberal enojado" con políticas comparables a las de Liz Cheney, una de las críticas más vocales de Trump.

A medida que se vá acercando la votación, la presión pública para apoyar a Scott podría resultar contraproducente, ya que a los senadores generalmente no les gusta recibir órdenes.

La votación se llevará a cabo como una boleta secreta, lo que podría permitir a los senadores tomar decisiones más independientes y al margen de las influencias externas.

La decisión que tomen los republicanos en este momento es crucial, no solo para la estructura de poder del Senado, sino también para el futuro de la agenda política relacionada con Trump.

Con un McConnell saliente, la dirección que tome el partido podría influir notablemente en sus estrategias electorales que se avecinan.