La campaña presidencial en Estados Unidos toma un giro inesperado con la propuesta de adelantar los debates entre Donald Trump y Joe Biden.

En Washington, la inversión de decenas de millones de dólares en publicidad no ha logrado cambiar el déficit en las encuestas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El juicio criminal de Donald Trump no ha alterado la trayectoria de la carrera.

Y las significativas ventajas económicas e infraestructurales de Biden todavía no han dado dividendos políticos.

Así que el miércoles, la campaña de Biden sacudió la carrera, públicamente ofreciendo adelantar el primer debate presidencial en tres meses.

El movimiento tuvo como objetivo alertar a los estadounidenses sobre su decisión trascendental en 2024. Los asesores de Biden han creído desde hace tiempo que la idea de una revancha entre Trump y Biden será un bálsamo para la baja calificación del presidente.

Trump aceptó rápidamente.

Y procedió a hacerle a Biden el favor de rebajar las expectativas sobre su desempeño, escribiendo en las redes sociales que su rival era "el PEOR debatiente al que me he enfrentado nunca". El post fue un avance de los insultos por venir, con Trump acusando al presidente de no poder "unir dos frases" y llamándolo "corrupto" tres veces.

La apuesta temprana de Biden por el debate fue una admisión pública de que está rezagado en su intento de reelección, y una apuesta por una línea de tiempo acelerada del debate para obligar a los votantes a volver a sintonizarse con la política y enfrentar la posibilidad de que Trump regrese al poder.

Sin embargo, al mismo tiempo, proponer el debate general estadounidense más temprano en la historia de la televisión es una forma de mitigar los riesgos de poner a un presidente de 81 años en el escenario en vivo durante 90 minutos.

Al aceptar dos debates en lugar de los tres tradicionales, la campaña de Biden limita su exposición.

Al programar los enfrentamientos más lejos del día de las elecciones, ambos candidatos tendrán oportunidades de recuperarse si tropiezan.

Trump, que cumple 78 años en junio y se saltó todos los debates de las primarias republicanas, ha estado ansioso por encontrarse con Biden en el escenario, describiéndolo públicamente y en privado como disminuido desde 2020. En pocas horas desde el anuncio de Biden, ambas partes habían acordado públicamente un debate el 27 de junio organizado por CNN en Atlanta y otro con ABC News el 10 de septiembre.

También hay peligro para Trump porque Biden ha tenido un buen desempeño en momentos clave cuando las expectativas eran bajas para él, incluidos los debates de 2020 y sus recientes discursos del Estado de la Unión.

Al aceptar la propuesta de Biden de dos debates, Trump perdió casi toda su influencia para exigir más, a pesar de que su campaña pidió debates mensuales y Trump dijo que había aceptado un debate en Fox News en octubre.

La campaña de Biden dejó en claro que el presidente participaría solo en dos.