El doble acusado de asesinato Perry Kouroumblis ha acordado ser extraditado a Australia, donde se le vincula con un crimen ocurrido hace casi 50 años.

El hombre de 65 años, Perry Kouroumblis, quien se encuentra acusado de ser el responsable del asesinato de dos mujeres en Collingwood en 1977, ha acordado ser extraditado a Australia.

Durante una audiencia en una corte de Roma, donde se encontraba desde su arresto el pasado semana, Kouroumblis enfatizó su inocencia y expresó su deseo de regresar a su país natal para demostrarlo.

Su abogado defensor, Serena Tucci, ha comunicado a los medios que Kouroumblis está decidido a luchar para limpiar su nombre.

La extradición de Kouroumblis, que posee tanto la nacionalidad australiana como la griega, se produce casi cinco décadas después de los trágicos sucesos que llevaron a la muerte de Suzanne Armstrong y Susan Bartlett en un hogar de Easey Street, en Collingwood.

A pesar de que hasta ahora no se han presentado cargos formales en su contra, las autoridades australianas están listas para proceder con la investigación.

En la audiencia a través de un enlace de video desde la cárcel de Regina Coeli, Kouroumblis mostró signos de angustia y confusión ante su situación.

"Él asegura que llegó a Italia por motivos laborales y no tenía idea de que su arresto iba a suceder”, sostuvo Tucci.

“Solo iba a quedarse unos días y tenía planeado regresar a Grecia", añadió la defensora, quien también afirmó que Kouroumblis nunca había sido consciente de la existencia de una orden de captura en su contra.

El arresto de Kouroumblis se produjo cuando llegó a Roma en un vuelo desde Atenas, donde ha vivido desde 2017. Las dos mujeres, a las que se les atribuyen los asesinatos, fueron halladas sin vida en su hogar en 1977, en un caso que ha perdurado durante años en la memoria del público australiano, ya que se trató de un crimen brutal que generó gran revuelo mediático.

La falta de cargos formales hasta el momento significa que, aunque Kouroumblis será trasladado a Australia, su caso legal está lejos de concluir.

Las autoridades tendrán que presentar pruebas que respalden las acusaciones y demostrar su responsabilidad en el caso ante un tribunal.

Sin embargo, su decisión de colaborar con la extradición pone de relieve su deseo de enfrentar lo que considera una incómoda y prolongada nube de sospecha que ha rodeado su vida.

Históricamente, la extradición de criminales entre países ha sido un tema delicado, sobre todo en el caso de crímenes de larga data.

Esto plantea interrogantes sobre cómo se presentan las pruebas y qué papel desempeñan los cambios en las leyes y procedimientos judiciales a lo largo de los años.

A medida que se avanza en este proceso, muchos podrán seguir de cerca el desarrollo del caso y las eventualidades que emerjan en el camino hacia la justicia para las víctimas del caso Easey Street.