El incidentedel ataque israelí contra la fuerza de paz de la ONU en Líbano ha generado preocupación internacional.

En el sur de Líbano, la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, conocida como UNIFIL, ha reportado que dos de sus integrantes resultaron heridos a causa de un ataque de un tanque israelí que disparó contra una torre de vigilancia ubicada en la sede principal de la misión en Ras al-Naqoura.

Este ataque impactó la torre, lo que provocó que los pacificadores cayeran al suelo.

Afortunadamente, no se reportaron bajas en dos incidentes adicionales que se llevaron a cabo casi simultáneamente, según indicó una fuente de la ONU.

Los dos cascos azules que sufrieron lesiones pertenecen al contingente de Indonesia y se encuentran en buen estado tras recibir tratamiento por heridas leves, como lo confirmó la ministra de Relaciones Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, en una declaración oficial.

Este incidente resalta la creciente amenaza a la que se enfrentan más de 10,400 efectivos de mantenimiento de la paz de la ONU provenientes de alrededor de 50 países, cuya situación de seguridad, según el jefe de UNIFIL, Jean-Pierre Lacroix, ha empeorado notablemente desde finales de septiembre, en medio del aumento de las hostilidades entre Israel y Líbano.

UNIFIL ha catalogado los ataques contra sus efectivos como "una grave violación del derecho internacional humanitario". La Casa Blanca también expresó su profunda preocupación ante este tipo de reportes y está solicitando a Israel detalles sobre lo sucedido.

En su declaración, la administración estadounidense destacó la importancia de que las operaciones que Israel lleva a cabo en el área, dirigidas a desmantelar la infraestructura de Hezbollah que podría representar una amenaza para la seguridad israelí, no pongan en peligro la seguridad de los cascos azules de la ONU.

Cabe recordar que UNIFIL fue establecida en 1978 con el objetivo de supervisar la retirada de las tropas israelíes del sur de Líbano, tras la invasión de Israel.

La misión de los cascos azules se amplió después de la guerra entre Israel y Hezbollah en 2006, lo que permitió que los efectivos se desplegaran a lo largo de la frontera israelí. Este despliegue ha sido crucial para mantener una relativa calma en una región caracterizada por tensiones constantes.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar.

Canadá, Italia, Jordania y la Unión Europea condenaron firmemente el ataque.

Josep Borrell, el máximo diplomático de la Unión Europea, criticó contundentemente los ataques israelíes, calificándolos como "un acto inadmisible" que no tiene justificación.

Esta situación genera preocupaciones sobre la estabilidad futura de la región y el papel de la ONU en la mediación de conflictos en áreas de alta tensión.

Con más de una década de conflictos prolongados, la historia de Líbano está marcada por la intervención militar extranjera y la inestabilidad interna.

La ONU ha desempeñado un rol fundamental en la supervisión de la paz, aunque las agresiones como la reciente ataque a su personal ponen en riesgo no solo a los efectivos de mantenimiento de la paz, sino también a los esfuerzos de estabilización en el Líbano.