La cámara de representantes neozelandesa vivió una inusitada interrupción cuando MPs y ciudadanos realizaron un haka en rechazo a un proyecto de ley relacionado con el Tratado de Waitangi.
En Nueva Zelanda, la sesión del Parlamento fue inesperadamente interrumpida el jueves por la tarde cuando miembros de la oposición y del público se unieron para ejecutar un haka, lo que generó un ambiente tenso y provocó la reprimenda de dos miembros del parlamento.
La protagonizadora de la acción fue Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, una parlamentaria del Te Pāti Māori, quien de manera simbólica rompió una copia del Proyecto de Ley de los Principios del Tratado y, junto a otros, llevó a cabo la tradicional danza.
Este acto de desafío se llevó a cabo en un contexto donde el contenido del proyecto de ley, que tiene como objetivo redefinir los principios del Tratado de Waitangi, ha generado un amplio debate político y social en Nueva Zelanda.
Gerry Brownlee, el Presidente del Parlamento, calificó el incidente de "extremadamente desordenado" y tomó la inusual decisión de "nombrar" a Maipi-Clarke, solicitando que la cámara tomara medidas en su contra por su conducta.
La respuesta fue rápida y las partidos de la coalición, que incluyen Nacional, ACT y NZ First, votaron para suspenderla, impidiéndole así votar en contra del proyecto de ley.
Este momento marcó un giro significativo en el curso del debate, ya que el apoyo de estos partidos hacia el proyecto lo llevaba a ser considerado por un comité selecto en los próximos seis meses.
El haka, una expresión cultural maorí que a menudo se utiliza como símbolo de resistencia y unidad, se presentó en este contexto como una herramienta para expresar el descontento hacia la propuesta de ley, que ha suscitado notables críticas porque se considera que no respeta los principios originales del Tratado de Waitangi, uno de los documentos más importantes para el pueblo maorí en Nueva Zelanda.
Cabe recordar que el Tratado de Waitangi, firmado en 1840 entre la Corona británica y los jefes maoríes, es un pacto que establece la coexistencia y los derechos de los indígenas maoríes en su propia tierra.
Su interpretación y aplicación han sido objeto de numerosas disputas a lo largo de la historia de Nueva Zelanda.
Desde su creación, ha habido luchas continuas para que los derechos y las voces maoríes sean reconocidos y respetados en la política y la sociedad neozelandesa.
En el transcurso de la sesión, luego de la interrupción provocada por el haka, el presidente Brownlee solicitó que se desalojara la galería pública antes de reunir nuevamente a los parlamentarios.
Esta situación no solo puso de manifiesto la tensa atmósfera dentro del Parlamento, sino que también subrayó la importancia del diálogo acerca de las políticas que afectan a las comunidades indígenas de Nueva Zelanda.
Al finalizar la votación sobre el Proyecto de Ley de los Principios del Tratado, los mismos partidos que habían suspendido a Maipi-Clarke decidieron votar a favor, situando el proyecto en un comite selecto ante la expectativa de un debate intenso en los meses venideros.
Este incidente resalta la vitalidad de la cultura maorí y el papel de la protesta en la democracia, así como la necesidad urgente de reconciliación y diálogo en Nueva Zelanda.