La ministra de Justicia de Nueva Zelanda, Kiri Allan, ha presentado su renuncia después de que la policía presentara cargos en su contra por conducir bajo los efectos del alcohol y chocar contra un automóvil estacionado. Este incidente se suma a una serie de errores y escándalos protagonizados por ministros del gobierno a menos de tres meses de las elecciones nacionales. Las encuestas han señalado que la oposición conservadora ha alcanzado o incluso superado ligeramente a los liberales en el poder, lo que promete una competencia reñida.
La ministra de Justicia de Nueva Zelanda, Kiri Allan, presentó su renuncia el lunes después de que la policía presentara cargos en su contra y afirmara que estaba por encima del límite legal de alcohol cuando chocó contra un automóvil estacionado.
Este incidente es el último de una serie de errores y escándalos protagonizados por ministros del gobierno a menos de tres meses de las elecciones nacionales, en las cuales la oposición conservadora ha alcanzado o incluso superado levemente a los liberales en el poder, lo que promete una competencia reñida.
Según informó el primer ministro Chris Hipkins, Allan estuvo involucrada en el accidente poco después de las 9 pm del domingo en Wellington y fue detenida en la estación de policía central durante aproximadamente cuatro horas.
La policía la ha acusado de conducir de manera imprudente y de negarse a acompañar a un oficial de policía.
Hipkins señaló que la prueba de alcoholemia de Allan mostró que estaba por encima del límite legal de alcohol, aunque no se le imputaron cargos por conducir ebria.
La policía emitió una multa de infracción a Allan en relación con la prueba de alcoholemia.
Aún no se ha fijado una fecha para el juicio.
En caso de ser declarada culpable, Allan podría enfrentar multas y la suspensión de su licencia de conducir.
Allan, quien alguna vez fue considerada una estrella en ascenso del Partido Laborista, recientemente tomó tiempo libre debido a su salud mental después de atravesar una separación pública con su pareja y acusaciones de malas relaciones laborales con su personal.
Hipkins dijo que habló con Allan el lunes por la mañana y le dijo que creía que ella no se encontraba en condiciones de seguir siendo ministra y que era insostenible que una ministra de justicia fuera acusada de un delito penal.
Ella estuvo de acuerdo y renunció a sus funciones ministeriales, agregó Hipkins.