El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirige al Congreso de EE. UU. en un entorno político tenso tras la retirada del presidente Biden de la carrera electoral.
Jerusalén: El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dirige a Washington para dar un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, en un momento políticamente delicado.
Esto ocurre justo después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciara su salida de la contienda electoral para la Casa Blanca.
La situación es aún más compleja dado que las negociaciones para lograr un alto al fuego entre Israel y Hamas continúan, mientras aumentan las inquietudes sobre la posibilidad de que el conflicto se extienda a Líbano y Yemen.
La inestabilidad política en EE. UU., en medio de una campaña electoral agitada, hace que el discurso de Netanyahu tenga el potencial de generar estragos en ambos lados del Atlántico.
Está programado que el Primer Ministro israelí hable ante el Congreso el miércoles.
La prensa ha reportado que, aunque Biden fue infectado por COVID-19, se espera que reciba a Netanyahu en la Casa Blanca.
La exactitud del horario de la reunión aún no se ha determinado.
La salud de Biden es una incógnita, y su decisión de no buscar la reelección ha dejado un vacío que podría influir en la dinámica de las próximas elecciones y la política extranjera de EE. UU.
Se espera que Netanyahu intente captar la atención de diferentes audiencias durante su discurso: sus socios gobernantes ultranacionalistas, quienes juegan un papel clave en su supervivencia política; la administración Biden, que él cuenta para recibir apoyo diplomático y militar; e incluso el Partido Republicano de Donald Trump, que podría ofrecer un reinicio en las relaciones si logra ascender al poder en las próximas elecciones de noviembre.
Este engranaje político presenta un laberinto de riesgos.
Cualquier error podría desatar la ira de estos grupos, algo que Netanyahu no puede permitirse si desea mantener su frágil control en el poder.
Como señala Eytan Gilboa, experto en relaciones entre EE. UU. e Israel de la Universidad Bar-Ilan en Israel, los peligros en este viaje son evidentes.
Gilboa respalda la idea de que Netanyahu tiene la reputación de ser un político astuto.
Sin embargo, la magnitud de la situación actual plantea la interrogante de si aún posee la habilidad para sortear las trampas políticas que amenazan su agenda.
La historia de las relaciones entre EE. UU. e Israel ha estado marcada por altibajos.
Desde las guerras árabe-israelíes hasta los acuerdos de paz, el apoyo estadounidense ha sido crucial para el estado hebreo.
Sin embargo, cada cambio político en Washington tiene el potencial de alterar este equilibrio.
Netanyahu seguramente buscará recalcar la importancia de este apoyo en su discurso, mientras navega por un escenario cada vez más complicado, no solo en el hogar, sino también en la arena internacional.
Las elecciones en EE. UU. son cada vez más inciertas, lo que añade más presión sobre Netanyahu para presentar una imagen fuerte y unida, en contraste con las complejidades de la situación que enfrenta en su propio país.
El resultado de esta visita será observado de cerca, no solo en Jerusalén sino también en todo el mundo.