Relatos desgarradores de personas que escaparon de los ataques indiscriminados en Myanmar revelan la magnitud de la tragedia en la que cientos de civiles fueron asesinados, incluyendo numerosos niños.

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Bangkok: Los testimonios de sobrevivientes de lo que parece ser una masacre de civiles en Myanmar han comenzado a salir a la luz.

Estos relatos describen cómo cientos de personas, incluyendo un número incalculable de niños, fueron asesinados en ataques aéreos indiscriminados cerca de la frontera con Bangladesh.

El 5 de agosto, miembros de la minoría musulmana Rohingya se vieron acorralados en las orillas del río, huyendo de los intensos bombardeos en la localidad de Maungdaw, situada en el estado de Rakhine.

Se han hecho acusaciones contra el Ejército de Arakan (AA), un grupo étnico que lucha tanto contra la junta militar como contra grupos armados extremistas musulmanes.

Noyona Khantun, una mujer Rohingya, escapó con sus hijos a Bangladesh después de varios días de esconderse del horror en el lado birmano de la frontera.

En una conversación por video desde su refugio cerca del punto fronterizo de Teknaf, Khantun relató: "Vi a muchos muertos, más de 400. Los perros y cuervos estaban comiendo los cuerpos en descomposición".

A pesar de la magnitud de los acontecimientos, los detalles han tardado en conocerse debido al caos de la guerra civil en Myanmar y las limitaciones de las organizaciones no gubernamentales para acceder a las zonas más afectadas.

El Grupo Arakan ha negado su responsabilidad en estos ataques, que se dirigieron a los Rohingya que intentaban cruzar el río Naf hacia Bangladesh para escapar de la feroz lucha que tiene lugar en Maungdaw.


Sin embargo, videos perturbadores han comenzado a circular en redes sociales, supuestamente filmados en la zona después de los ataques, mostrando decenas de cuerpos desmembrados de hombres, mujeres y niños sobre los lodos estuarinos.

Un video adicional muestra a una multitud de personas aterrorizadas, sumergidas en el agua y esparcidas por la tierra, buscando una vía de escape.

Sin embargo, ni los videos ni los detalles de los ataques pueden ser verificados fácilmente debido a las estrictas restricciones de viaje y a los combates en curso en la región.

Este episodio de violencia se suma a la larga historia de sufrimiento que ha enfrentado la comunidad Rohingya, la cual ha sido objeto de persecuciones durante décadas.

Desde 2017, miles de Rohingyas han huido de Myanmar a Bangladesh, creando una de las crisis de refugiados más severas del mundo.

Las tensiones en el estado de Rakhine entre diferentes grupos étnicos y la junta militar han contribuido a un ciclo aparentemente interminable de violencia y desplazamiento.

El impacto de estos ataques no solo se siente en el terreno, sino que también resuena internacionalmente, generando llamados a la comunidad internacional para que se tomen medidas adecuadas y se asegure la protección de los civiles inocentes en Myanmar, un país que continúa luchando con su turbulenta y sangrienta realidad.