Un alarmante caso de maltrato infantil salió a la luz en Oviedo, donde una familia mantuvo cautivos a sus hijos durante años en condiciones deplorables, generando conmoción en la localidad. Las autoridades intervinieron tras una denuncia de una vecina que escuchó voces y vio movimientos sospechosos en la vivienda.

Un escalofriante caso de maltrato infantil salió a la luz esta semana en la ciudad de Oviedo, ubicada en el norte de España. La situación generó gran consternación entre los residentes y las autoridades locales, quienes descubrieron que en un inmueble residencial un matrimonio había mantenido en condiciones deplorables a sus tres hijos durante aproximadamente cuatro años.
La pareja, compuesta por Christian Steffen, de 53 años, y su esposa de 48, había aislado a los menores, obligándolos a usar pañales y prohibiéndoles cualquier contacto con el exterior.
El incidente se conoció inicialmente por una denuncia de una vecina, que afirmó haber escuchado voces de niños y haber visto movimientos sospechosos en la vivienda.
La mujer, que prefirió mantener su identidad en reserva, explicó que en varias ocasiones había observado luces encendidas en horarios inusuales y escuchaba ruidos que no correspondían con la tranquilidad de un hogar normal.
La denuncia fue atendida por las autoridades, quienes rápidamente acudieron al domicilio para investigar.
Al ingresar, los policías encontraron un escenario verdaderamente impactante: tres niños de 8 y 10 años, encadenados en condiciones insalubres, rodeados de basura, suciedad y desperdicios.
Los pequeños estaban vestidos con mascarillas y pañales, evidenciando un estado de abandono y desatención. Se supo que los gemelos de 8 años dormían en cunas de bebé, mientras que su hermano mayor, de 10, descansaba en una cama muy pequeña en una habitación en condiciones precarias.
Además, las investigaciones revelaron que el padre, Christian Steffen, se dedicaba a labores freelance desde su hogar en recursos humanos, pero en realidad mantenía una rutina de aislamiento que parecía más un encierro.
Uno de los detalles que terminó por delatar a la familia fue la lista de compras, en la que se evidenciaba una gran cantidad de pañales y productos de higiene infantil, además de alimentos enlatados y basura en abundancia.
La compra de estos artículos, junto con las observaciones de los vecinos, llevó a las autoridades a sospechar que los menores estaban en situación de vulnerabilidad extrema.
Posteriormente, se confirmó que Steffen también administraba THC, un derivado del cannabis, a los niños, lo que agravaba aún más la situación.
El caso generó una gran conmoción en la comunidad y en el ámbito judicial. Steffen y su esposa fueron detenidos y se les suspendió inmediatamente la patria potestad y la custodia de los menores. La Fiscalía abrió una investigación por delitos de violencia doméstica, maltrato psicológico habitual y abandono de menores. Los niños fueron trasladados a un centro de acogida gestionado por el gobierno regional, donde están siendo sometidos a evaluaciones para determinar posibles secuelas físicas y psicológicas producto del encierro y los malos tratos.
Aunque aún no se conocen en profundidad las causas que llevaron a la familia a mantener a los niños en cautiverio, una hipótesis que cobra fuerza es el temor al contagio de Covid-19.
La familia se mudó a esa vivienda en 2021, en plena pandemia, y algunos expertos sugieren que el miedo al virus pudo haber contribuido a un aislamiento extremo y a decisiones que derivaron en un grave caso de crueldad infantil.
Este caso reabre el debate sobre la importancia de la vigilancia comunitaria y la protección de los derechos de los menores, especialmente en tiempos de crisis sanitaria, donde las familias pueden verse vulnerables y en riesgo de perder los límites entre protección y maltrato.
Las autoridades continúan con las investigaciones y trabajan para garantizar la protección de los menores y castigar a los responsables por este grave delito.