Inah Canabarro, reconocida por su avanzada edad y bendecida por el Papa Francisco en 2018, fallece a los 116 años en Brasil, dejando un legado de fe y longevidad.

La noche del miércoles 30 de abril, el mundo perdió a una de sus personas más longevas y admiradas. Inah Canabarro, una monja brasileña de 116 años, falleció en su residencia en Porto Alegre, Brasil, confirmaron las Hermanas Teresianas, comunidad religiosa a la que pertenecía.
La noticia conmocionó a quienes conocían su historia y a aquellos que valoran la longevidad como un símbolo de resistencia y fe.
Inah Canabarro nació el 8 de junio de 1908, en una época en la que el mundo atravesaba cambios profundos y desafiantes. A lo largo de su vida, fue testigo de más de un siglo de historia, desde la Primera Guerra Mundial hasta los avances tecnológicos y sociales del siglo XXI.
Su longevidad la convirtió en la segunda persona más longeva de la historia, solo superada por la francesa Lucile Randon, que vivió hasta los 118 años.
Sin embargo, desde enero de 2024, la monja brasileña ostentaba el título de la persona más longeva del continente americano.
La vida de Inah estuvo marcada por su vocación religiosa. A los 16 años, decidió ingresar en la Congregación de las Hermanas Teresianas en Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay. Antes de residir en Brasil, vivió brevemente en Montevideo, donde profundizó en su servicio espiritual y educativo. Fue ordenada monja a los 26 años, dedicando su vida a la enseñanza y a la asistencia social. Durante décadas, desempeñó roles como profesora y secretaria, promoviendo valores de fe, amor y perseverancia.
A lo largo de su existencia, Inah enfrentó diversos desafíos, incluyendo problemas de salud propios de la vejez, pero siempre mantuvo una actitud positiva y una profunda fe en Dios.
Cuando le preguntaron por su secreto para vivir tantos años, ella respondió con sencillez: “Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo”. Sus palabras reflejan la importancia que le daba a la espiritualidad y a la confianza en la divinidad como fuente de fortaleza.
Su historia no solo es un ejemplo de longevidad física, sino también de una vida llena de significado y compromiso. La monja brasileña fue bendecida por el Papa Francisco en 2018, en un acto que destacó su ejemplo de fe y dedicación. La longevidad de Inah no solo la convirtió en una figura de inspiración, sino que también puso en evidencia los avances en la salud y calidad de vida en Brasil y en el mundo.
El récord de la persona más longeva del mundo ahora pertenece a Ethel Caterham, una residente de Surrey, en Inglaterra, con 115 años y 252 días, según datos de grupos especializados en investigación gerontológica.
Sin embargo, la historia de Inah seguirá siendo recordada como un testimonio de que la fe, el amor y el compromiso pueden trascender el paso del tiempo y dejar un legado imborrable en la historia de la humanidad.