Adrian McRae, concejal de Port Hedland, viajó a Rusia para hablar sobre la supresión de la libertad de expresión en Australia y sus opiniones sobre la situación actual mundial.

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En una reciente visita a Rusia, el concejal de Port Hedland, Adrian McRae, ha hecho fuertes declaraciones sobre la supresión de la libertad de expresión en Australia.

En su intervención, McRae advirtió que sus opiniones respecto a Vladímir Putin, la guerra en Ucrania y la pandemia de COVID-19 le han traído represalias y persecución en su país.

Este político australiano, miembro de The Great Australian Party, fundado por el exsenador Rod Culleton, afirmó que había sido etiquetado como "pro-Putin" por cuestionar la seguridad de las vacunas de COVID-19 y por elogiar el sistema electoral ruso.

McRae realizó este viaje en el contexto de la cumbre de BRICS celebrada en Kazán, al suroeste de Rusia, donde dirigió sus comentarios a los medios de comunicación, manifestando su frustración sobre lo que considera un contexto global de propaganda.

"Estamos al borde de un conflicto nuclear porque el mundo no comprende realmente la situación", declaró, sugiriendo que si las personas tuvieran acceso a ambas caras del conflicto en Ucrania, no aceptarían las narrativas impuestas por los gobiernos.

Este concejal también ha aparecido en diversas plataformas de medios rusos, lo cual amplió su visibilidad en el contexto internacional.

En marzo, McRae ya había viajado a Moscú para actuar como observador independiente durante las elecciones presidenciales.

En su reciente intervención, subrayó que "la decencia de la gente común" podría impedir que sus gobiernos perpetúen lo que él considera narrativas engañosas.

En Australia, sus comentarios han suscitado críticas, especialmente entre la comunidad ucraniana y figuras políticas como el Premier de Australia Occidental, Roger Cook.

McRae ha sentido la presión de los medios tradicionales australianos, quienes lo han retratado como un villano por expresar sus opiniones consideradas "informadas".

Un aspecto controversial de su discurso incluye una moción presentada en el consejo, que fue aprobada por la asamblea municipal de Port Hedland, instando a las autoridades a frenar el uso de las vacunas de Pfizer y Moderna.

Esta moción se basa en un estudio canadiense no verificado que, según McRae, identificó elevados niveles de ADN plasmídico residual en las vacunas.

"La realidad es que ya no existe un semblante de libre expresión en nuestro país.

He tenido que venir a Rusia para poder hablar como lo haría en Australia, pues allá es casi imposible hacerlo de manera abierta", afirmó McRae, reflejando su preocupación sobre el estado de la libertad de expresión en su país.

Históricamente, Australia ha sido vista como un bastión de democracia y derechos humanos, pero casos como el de McRae revelan divisiones cada vez más profundas respecto a la aceptación de opiniones discordantes en un clima político polarizado.

La creciente tensión y el debate sobre la libertad de expresión ciertamente continuarán siendo un tema candente en la política australiana y en la cobertura mediática internacional.