El presidente de EE. UU., Joe Biden, decide no postularse de nuevo y apoya a la vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora.
Washington: La decisión que muchos en el país temían se ha materializado.
Joe Biden, el presidente de Estados Unidos y el mandatario más longevo en la historia del país, ha optado por retirarse de la carrera electoral para un segundo mandato.
Esta decisión se produce en un contexto de creciente presión interna y en un año electoral ya tumultuoso, donde su permanencia habría complicado aún más la unidad de su partido, el Partido Demócrata, en un intento de enfrentar a Donald Trump, el expresidente y su principal rival.
En un mensaje publicado a través de la red social X, Biden, de 81 años, comunicó su retirada a la 1:46 p.m.
en Washington, dejando claro que su prioridad es el bienestar de su partido y del país.
"Aunque mi intención ha sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y para la nación es que me aparte", afirmó en su declaración.
Con esta renuncia, la actual vicepresidenta, Kamala Harris, de 59 años, se posiciona como la principal favorita para la nominación demócrata.
Harris ha hecho historia en múltiples ocasiones: ha sido la primera mujer en desempeñar el cargo de fiscal general de California, la primera persona de origen surasiático en ser elegida para el Senado y la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta.
Si logra obtener la nominación de su partido y posteriormente vencer a Trump, podría convertirse en la primera mujer presidenta del país.
Sin embargo, la retirada de Biden plantea preguntas sobre el futuro inmediato del Partido Demócrata, que se ha visto sacudido en las últimas semanas tras un desempeño decepcionante de Biden en un debate presidencial.
Los demócratas, que habían visto en Biden una figura unificadora tras la tumultuosa era Trump, ahora se encuentran en una encrucijada crítica.
A solo cuatro meses de la fecha electoral, este retraso es sin precedentes en la historia electoral estadounidense.
En ningún momento previo, un presidente en funciones había abandonado la carrera tan cerca de las elecciones, lo que subraya la magnitud de la crisis actual que enfrenta la administración Biden.
Además, de acuerdo a los datos recientes, aproximadamente 4000 delegados demócratas se preparan para asistir a la Convención Nacional del Partido Demócrata, programada para llevarse a cabo en Chicago del 19 al 22 de agosto.
Originalmente, muchos de estos delegados habían planeado nominar formalmente a Biden, quien había obtenido la mayoría de los votos en las primarias presidenciales de este año.
Históricamente, la reticencia de un presidente a buscar la reelección ha manifestado tensiones y divisiones internas en partidos políticos.
Este caso revela los desafíos que actualmente enfrenta el Partido Demócrata, que debe reconciliar diferentes facciones en medio de la presión externa y la inminente amenaza de un resurgimiento de un candidato republicano que ya ha polarizado a la nación.
La trayectoria política de Biden y su legado están ahora en juego, mientras Kamala Harris se prepara para tomar el relevante papel que le brinda esta sorpresiva transición.