Según una encuesta reciente, la mayoría de los estadounidenses considera que Joe Biden es demasiado mayor para ejercer un segundo mandato como presidente.

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En Estados Unidos, la gente realmente está de acuerdo en algo en estos tiempos de discordia cruda: Joe Biden es demasiado mayor para ser un presidente efectivo en un segundo mandato.

Solo unos pocos años más joven, Donald Trump genera mucha menos preocupación con respecto a su edad.

Sin embargo, tienen muchos otros problemas con Trump, quien al menos por ahora supera ampliamente a sus rivales para la nominación republicana a pesar de sus múltiples acusaciones criminales.

No importa sus años avanzados, algunos dicen que el septuagenario de 77 años debería madurar.

Una nueva encuesta del Centro de Investigación de la Oficina de Asuntos Públicos de Associated Press-NORC encuentra que gran parte del público está extrañamente unido al evaluar el único rasgo que Biden no puede cambiar.

El presidente ha comenzado a mencionar el tema de la edad, haciendo chistes, como si tratara de relajar a su audiencia sobre sus 80 viajes alrededor del sol.

La discriminación por edad puede estar prohibida en el lugar de trabajo, pero los empleadores del presidente, el pueblo, no tienen reparos en mostrar su sesgo.

En la encuesta, el 77% dijo que Biden es demasiado mayor para ser efectivo durante cuatro años más.


No solo el 89% de los republicanos dice eso, sino también el 69% de los demócratas.

Esta opinión es compartida en todos los grupos de edad, no solo por los jóvenes, aunque los demócratas mayores en particular apoyan más su candidatura para 2024.

En contraste, aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses dicen que Trump es demasiado mayor para el cargo y aquí emerge la división partidista familiar: los demócratas son mucho más propensos a descalificar a Trump por su edad que los republicanos.

Lo que está claro en la encuesta es que los estadounidenses están diciendo que fuera lo viejo y adentro lo joven, o al menos más joven.

Demócratas, republicanos e independientes quieren barrer con una escoba amplia por los pasillos del poder, imponiendo límites de edad en la presidencia, el Congreso y la Corte Suprema.

Aproximadamente dos tercios de los adultos estadounidenses respaldan un techo de edad para los candidatos presidenciales y del Congreso, así como una edad obligatoria de jubilación para los jueces.