El ex presidente Jimmy Carter expresó su preocupación y ofreció su disculpa al gobierno australiano después de que la estación espacial Skylab se desintegrara al reingresar a la atmósfera terrestre en 1979.

Imagen relacionada de carter disculpa australia skylab

En un suceso que marcó la historia de la exploración espacial, el expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, se vio obligado a ofrecer disculpas al gobierno australiano después del explosivo regreso de la primera estación espacial estadounidense, Skylab, a la atmósfera terrestre en 1979. Esta importante estación, que pesaba 77 toneladas y fue lanzada por la NASA en mayo de 1973, fue un pionero en el desarrollo de la vida y el trabajo humano en el espacio.

Carter, quien falleció recientemente a la edad de 100 años, se preocupó por el bienestar de los australianos tras el incidente que ocurrió en el desierto de Australia Occidental.

En un mensaje dirigido al entonces primer ministro Malcolm Fraser, Carter expresó su alivio al enterarse de que no hubo informes de heridos como resultado de la caída de los restos de Skylab.

Sin embargo, enfatizó que su administración estaba dispuesta a colaborar y ofrecer cualquier tipo de asistencia necesaria.

Este episodio ocurrió en 1979, durante su única administración, un período marcado por desafíos tanto en el ámbito interno como internacional.

La estación espacial Skylab fue el resultado de un proyecto que costó cerca de 2.6 mil millones de dólares estadounidenses (aproximadamente 4.2 mil millones de euros en la actualidad). Su objetivo principal era probar la capacidad de los seres humanos para vivir y trabajar en el espacio por períodos prolongados.

A lo largo de su funcionamiento, Skylab albergó a tres tripulaciones de astronautas, quienes llevaron a cabo cerca de 300 experimentos científicos y técnicos, incluyendo importantes investigaciones médicas sobre los efectos de la ingravidez en el cuerpo humano.


La reentrada de Skylab fue un episodio inesperado, ya que la estación se desintegró varios miles de kilómetros más lejos de su trayectoria orbital prevista.

Esto se debió a un comando que se emitió para cambiar su trayectoria, con el objetivo de evitar cualquier riesgo para la vida de los estadounidenses.

Sin embargo, la decisión resultó en que fragmentos en llamas cayeran sobre el desierto australiano, creando un espectáculo de luces y estruendos en la noche.

Históricamente, este evento también subraya la complejidad de las misiones espaciales y la responsabilidad internacional que conllevan.

Si se hubieran producido daños o lesiones en Australia, los Estados Unidos habrían estado legalmente obligados por tratados internacionales a compensar a las víctimas.

Esta situación resaltó las implicaciones de las decisiones tomadas desde la Tierra, incluso cuando estas involucran avances científicos y exploración espacial.

Algunas décadas más tarde, la historia de Skylab sigue siendo un recordatorio de los riesgos y las recompensas de la exploración espacial, así como de la importancia de la cooperación internacional en la ciencia y la tecnología.