Una corte japonesa absolvió a Iwao Hakamada, un exboxeador que estuvo en el corredor de la muerte durante 48 años, en un caso que ha reavivado el debate sobre la pena capital en Japón.

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Tokio: Un tribunal japonés ha declarado inocente al exboxeador Iwao Hakamada, de 88 años, en un nuevo juicio relacionado con un caso de asesinato que tuvo lugar en 1966. Este fallo revierte una condena errónea que lo mantuvo en el corredor de la muerte durante casi cinco décadas, marcando un hito en la justicia penal japonesa.

El fallo del Tribunal de Distrito de Shizuoka convierte a Hakamada en el quinto reo del corredor de la muerte que ha sido declarado no culpable en un nuevo juicio desde la Segunda Guerra Mundial.

La decisión podría reavivar las discusiones sobre la abolición de la pena capital en Japón, un país que ha sido objeto de críticas internacionales por su sistema de justicia penal.

El juez que presidió el caso, Koshi Kunii, mencionó que existieron numerosas falsificaciones de pruebas durante el juicio original y afirmó que Hakamada no era el culpable, según lo informado por la NHK.

Hakamada fue condenado por el asesinato de un gerente de empresa y de tres miembros de su familia, así como por haber incendiado su casa en Japón Central.

La sentencia de muerte fue emitida en 1968, pero su ejecución nunca se llevó a cabo debido a las apelaciones prolongadas y los procedimientos de nuevo juicio.

A lo largo de su encarcelamiento, pasó 48 años tras las rejas, la mayor parte en el corredor de la muerte, lo que lo convierte en el reo que ha estado más tiempo en esta situación en el mundo.

El proceso judicial fue extremadamente lento; tomó 27 años para que la corte suprema rechazara su primera apelación para un nuevo juicio.


La segunda apelación fue presentada en 2008 por su hermana, Hideko Hakamada, quien ahora tiene 91 años.

Finalmente, en 2023, el tribunal se pronunció a favor de Hakamada, lo que dio inicio al reciente nuevo juicio que comenzó en octubre de este año.

La historia de Iwao Hakamada ha despertado la atención tanto dentro como fuera de Japón.

Después de ser liberado en 2014, cuando un tribunal ordenó un nuevo juicio basado en nuevas pruebas que sugerían que su condena se sustentaba en acusaciones fabricadas por los investigadores, Hakamada continuó viviendo en casa debido a su delicada salud y avanzada edad, lo que lo convertía en un riesgo de fuga bajo.

En la audiencia final en el tribunal de Shizuoka en mayo, los fiscales solicitaron nuevamente la pena de muerte, lo que generó críticas de grupos de derechos humanos que acusaron a los fiscales de intentar prolongar el juicio.

Este tipo de casos ha generado preocupación entre defensores de los derechos humanos, quienes advierten sobre los posibles errores judiciales en un país donde la pena capital aún se aplica, a pesar de los cuestionamientos sobre su moralidad y efectividad.

En conclusión, la absolución de Iwao Hakamada no solo es un triunfo personal para él y su familia, sino que plantea interrogantes significativos sobre el futuro de la pena de muerte en Japón y la posibilidad de reformas en el sistema judicial del país.