El conflicto entre Israel y Hezbollah se agrava con ataques aéreos intensos y promesas de represalias diarias por parte del grupo libanés.

Beirut ha sido testigo de una escalada alarmante en el conflicto entre Israel y el grupo armado libanés Hezbollah, que ha prometido llevar a cabo ataques diarios contra Israel.

Esta situación se ha intensificado tras los recientes ataques aéreos israelíes, que ha marcado el inicio de los bombardeos más intensos desde que se desató la crisis en Gaza en octubre.

Estos bombardeos aéreos se produjeron en respuesta a una serie de ataques atribuidos a Israel, que dejaron un saldo trágico de 37 muertos y cerca de 3000 heridos en Líbano tras la explosión de dispositivos de comunicación utilizados por Hezbollah.

Este asalto fue particularmente devastador, coincidiendo con un importante discurso de Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, quien reafirmó su compromiso de continuar con los ataques contra objetivos israelíes.

En medio de esta creciente violencia, los aviones de guerra israelíes sobrevolaron Beiruta baja altitud, rompiendo la barrera del sonido y causando alarmar entre los ciudadanos, que rápidamente abrieron las ventanas para evitar que los cristales se rompieran.

Durante su discurso, Nasrallah no solo reafirmó su postura belicista, sino que también advirtió que los israelíes desplazados de sus hogares cerca de la frontera con Líbano no podrían regresar hasta que la guerra en Gaza llegara a su fin.

Durante la misma jornada, Hezbollah lanzó al menos cuatro ataques contra el norte de Israel, lo que resultó en la muerte de dos soldados israelíes.

A medida que los intercambios de fuego se vuelven más frecuentes y mortales, las tensiones entre ambos lados están alcanzando niveles alarmantes, generando temores de que estos episodios se transformen en un conflicto a gran escala.

Las autoridades israelíes, aunque no han confirmado su participación directa en los ataques que han causado numerosas muertes en Líbano, han declarado que sus fuerzas aéreas han llevado a cabo numerosas ofensivas contra más de 100 lanzadores de cohetes que estaban listos para atacar, así como otros objetivos estratégicos en el sur del país.

Este aumento de la escalada de violencia ha encontrado eco en la comunidad internacional, que observa con preocupación la posibilidad de una guerra a gran escala en la región.

Cabe recordar que el conflicto entre Israel y Hezbollah no es nuevo, ya que se remonta a décadas de enfrentamientos, corrupción política, y luchas por el poder en el contexto de un Líbano que ha sufrido la devastación de múltiples guerras.

La situación actual podría derivar en un incremento significativo de hostilidades, lo que generaría un impacto no solo en los países directamente involucrados sino en toda la región del Medio Oriente.