A finales de octubre, tres semanas después del brutal ataque de Hamas a civiles y soldados israelíes que dejó alrededor de 1200 personas muertas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que aún creía firmemente en la justicia de la solución de dos estados para israelíes y palestinos.

Dos estados para dos pueblos.

"No podemos volver al statu quo que existía el 6 de octubre", explicó Biden.

"También significa que cuando termine esta crisis, debe haber una visión de lo que viene a continuación, y en nuestra opinión, debe ser una solución de dos estados".

¿Es una solución de un estado la salida del interminable conflicto israelí-palestino?

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No pasó mucho tiempo antes de que este mensaje fuera eco por la Ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong.

"En última instancia, una paz justa y duradera requiere una solución de dos estados", escribió.

La solución de dos estados es la respuesta a una pregunta que nadie serio está proponiendo.

Se ha convertido en una especie de evangelio en todas las capitales occidentales, repetido constantemente por funcionarios estadounidenses y europeos, incluso elementos del beligerante lobby pro-Israel que detestan el concepto de autodeterminación palestina, y todo un ejército de grupos de pensamiento y organizaciones en múltiples países.

Es la solución zombi que se resucita cada vez que Oriente Medio está en llamas y los presidentes y primeros ministros se apresuran a decir algo nominalmente sensato.

Aprobada parte clave del plan de Netanyahu para reformar el sistema judicial de Israel

Los legisladores israelíes aprobaron el lunes una parte clave del plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para remodelar el sistema judicial del país, a pesar de las masivas protestas que han expuesto grietas sin precedentes en la sociedad israelí.

Es conveniente pronunciar las pláticas de dos estados mientras se sabe que nunca sucederá. Hacerlo realidad requeriría presionar a la parte más poderosa, Israel, para que cese su obsesión por colonizar más tierras palestinas.

Daniella Weiss, una destacada líder veterana de colonos, recientemente le dijo a The New Yorker que su visión de las fronteras del estado judío son "el Éufrates en el este y el Nilo en el suroeste". Esto incluye tierras de muchas naciones del Medio Oriente junto con territorio actualmente controlado por Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está enfrentando críticas generalizadas.

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Para aquellos que descartan esto como los delirios de un extremista, estarían equivocados.

Esta es una opinión compartida por muchos en la población de colonos y miembros clave del actual gobierno israelí liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu.

Solía ser miembro de pleno derecho del club de la solución de dos estados.

En mi primer artículo para The Sydney Morning Herald en julio de 2003, concluí que "una retirada total de Israel de Cisjordania y Gaza debería, con suerte, ver el establecimiento de un estado palestino independiente y vibrante que viva en paz junto a un Israel seguro".