Irán envía un mensaje a la administración Biden, afirmando que no busca la muerte de Donald Trump, en medio de crecientes tensiones.

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En un contexto de tensión creciente entre Irán y Estados Unidos, el gobierno iraní ha hecho llegar a la administración Biden un mensaje en el que asegura que no intenta asesinar a Donald Trump.

Este comunicado, enviado a través de un intermediario, tiene como objetivo rebajar las tensiones que han marcado las relaciones entre ambos países en el último tiempo.

Según fuentes del gobierno de Estados Unidos, así como un analista iraní, este mensaje se produjo tras una advertencia del gobierno estadounidense en septiembre, donde se indicó que cualquier intento iraní de atentar contra la vida de Trump sería considerado como un ‘acto de guerra’.

La situación se intensificó tras la victoria de Trump en las elecciones del 5 de noviembre, donde exfuncionarios iraníes y varias voces en los medios han comenzado a sugerir un enfoque más conciliatorio hacia el presidente electo, a pesar de las advertencias que vienen de su administración, que prometen un endurecimiento de las políticas hacia Irán.

Las tensiones se han visto alimentadas por el asesinato de Qassem Soleimani, el comandante de la Fuerza Quds asesinado en un ataque con dron en 2020, ordenado por Trump.

Este hecho fue considerado por Irán como un acto criminal y ha llevado a especulaciones sobre un posible intento de venganza por parte del régimen iraní. Funcionarios de Estados Unidos han afirmado que Irán había considerado acciones violentas como respuesta al ataque que segó la vida de Soleimani.

Se mencionan también dos acusaciones de la Justicia estadounidense que están relacionadas con supuestos planes de Irán para atentar contra Trump.


Sin embargo, en el reciente intercambio de mensajes, Irán ha reiterado que su intención no es la eliminación física de Trump, sino que busca tomar medidas legales internacionales en respuesta a la muerte de Soleimani.

Esta postura podría ser un indicativo de que Teherán desea evitar un conflicto armado directo y explorar alternativas diplomáticas, aunque los analistas advierten que las diferencias fundamentales entre las políticas de ambos países todavía son significativas.

Este giro en la narrativa podría tener un impacto considerable en las futuras interacciones entre Estados Unidos e Irán.

Históricamente, las relaciones entre ambos países han sido tumultuosas desde la Revolución Islámica de 1979, cuando se rompieron los lazos diplomáticos.

Desde entonces, la hostilidad ha ido en aumento, caracterizada por sanciones, confrontaciones militares indirectas y actividades de espionaje.

A pesar del deseo de algunos sectores en Irán de repensar su estrategia, la postura iramericana aún es cautelosa, especialmente por el vínculo estrecho entre Washington y sus aliados en la región.

Las repercusiones de este intercambio de mensajes todavía están por verse, y muchos se preguntan si podría forjar una nueva etapa en las relaciones bilaterales, o si, por el contrario, solo servirá para intensificar un ciclo de tensión que parece interminable.