Es crucial realizar una investigación imparcial del bombardeo del Hospital Al Ahli Arab, que resultó en la muerte de numerosos niños. Ya sea que provenga de un cohete incompetente lanzado por Hamas o de un ataque maligno de Israel, el asunto de inmediato no importa, ya que fue indudablemente un crimen contra la humanidad en una guerra que continuará cobrando la vida de niños a menos que haya un alto el fuego.
Debe haber una investigación independiente y experta sobre el bombardeo del Hospital Al Ahli Arab, que cobró la vida de tantos niños.
No importa si provino de un cohete de Hamas disparado de manera incompetente o de un ataque maligno de Israel, ya que indudablemente fue un crimen contra la humanidad en una guerra que continuará matando a niños a menos que haya un alto al fuego.
Sin embargo, inmediatamente después del bombardeo al hospital, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el organismo encargado de mantener la paz mundial, se negó a aprobar una resolución que pedía un alto el fuego.
Fue vetada por Estados Unidos y Francia, en deferencia al deseo de Israel de continuar bombardeando Gaza para 'eliminar a Hamas'.
Miles de personas asisten a una marcha pro-palestina que pide un alto el fuego en Gaza en Los Ángeles el sábado.
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Este es un objetivo absurdo porque Hamas no es una sustancia que pueda ser eliminada.
Es una idea, integrada en la constitución de Hamas, que niega que Israel tenga algún derecho a existir.
Esto es incorrecto desde el punto de vista legal, pero no es posible eliminarlo de las mentes de muchos en Medio Oriente.
Además, llevar a cabo una guerra total contra los ciudadanos de Gaza tiene el efecto de multiplicar el apoyo a Hamas y aumentar la hostilidad hacia Israel a nivel internacional, como lo demuestran las multitudes en protestas en Australia y Londres durante el fin de semana, y las crecientes críticas de políticos internacionales que inicialmente estaban inclinados a denunciar solo el lado palestino.
Aunque las agencias de la ONU han sido críticas, la propia organización alcanzó su punto más bajo al no aprobar la resolución de alto el fuego, dando la espalda a su propia carta y su principal propósito, que es 'salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra'. Ese flagelo se desata en Ucrania porque Rusia es miembro permanente de la ONU y puede vetar cualquier intento de detener su agresión ilegal.
Se desata en Gaza porque otros miembros permanentes no están dispuestos a frenar a Israel.
Por supuesto, Israel tiene el derecho a defenderse de los ataques obscenos contra civiles que iniciaron esta fase de la guerra en Gaza, que ha sido intratable desde que fue capturada por Israel en 1967. De hecho, según los Convenios de Ginebra, Israel tiene el deber de buscar y capturar a los perpetradores de estos crímenes de guerra sádicos para liberar a sus rehenes y llevarlos a juicio.
Familias de personas secuestradas, así como otros partidarios, participan en una concentración en Tel Aviv pidiendo que los rehenes sean traídos a casa.
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Pero si pretenden hacer esto cortando el suministro de combustible, alimentos, medicinas y agua, cometen el crimen de guerra de amenazar o causar inanición.
Además, bombardear viviendas y apartamentos que se sabe están ocupados por civiles que no participan en las hostilidades es claramente un crimen de guerra; el eufemismo 'daños colaterales' no se aplica a los impactos directos.
Con el Consejo de Seguridad incapacitado, recae en los poderosos aliados de los combatientes persuadir o presionar para que cumplan con el derecho internacional humanitario, que se aplica a los conflictos armados.