La muerte del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, desencadena manifestaciones en varios países musulmanes.

En Doha, capital de Qatar, miles de dolientes se reunieron en torno al ataúd cubierto con la bandera de Hamas de Ismail Haniyeh, el jefe político del grupo militante, quien fue asesinado en un ataque israelí. La ceremonia fúnebre, que tuvo lugar el pasado viernes, estuvo marcada por la presencia de miembros de las facciones de Hamas y Yihad Islámica, así como funcionarios qataríes e iraníes.

A pesar del solemne contexto, la atmósfera era tensa y estaba impregnada de ira.

Haniyeh, que había vivido en Qatar junto a otros altos mandos de Hamas, fue recordado en medio de un creciente clamor en el mundo musulmán.

Desde Jordania hasta Marruecos, pasando por Yemen y Somalia, multitudes enardecidas salieron de las mezquitas, ondeando banderas palestinas y exigiendo venganza por su muerte.

"Que el viernes sea un día de furia para denunciar el asesinato", proclamó Izzat al-Risheq, un alto funcionario de Hamas.

La situación se volvió más compleja tras la muerte simultánea de Haniyeh y del comandante de Hezbollah, Fuad Shukr, en un periodo de apenas 24 horas.

Esto ha llevado a una inquietud generalizada y a esfuerzos internacionales por prevenir que el conflicto se convierta en una guerra regional total.

A medida que Irán y sus aliados prometían venganza, varias aerolíneas comenzaron a cancelar vuelos hacia Tel Aviv, Israel, y Beirut, Líbano.

El clima de inestabilidad también se reflejó en la respuesta de otros países.

Por ejemplo, Chipre anunció que se estaba preparando para posibles evacuaciones masivas de ciudadanos extranjeros a través de la isla mediterránea, en caso de que el conflicto se intensificara.

Mientras tanto, Francia reforzó la seguridad en las comunidades judías a nivel nacional y Polonia advirtió a sus ciudadanos sobre los viajes al Medio Oriente.

Además, Pakistán y Turquía bajaron sus banderas a media asta como gesto de duelo.

Este acto provocó la convocatoria del embajador adjunto de Turquía en Israel para recibir un “modo de reprimenda” de parte del gobierno israelí. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, Oncu Keceli, respondió con firmeza, afirmando que Israel "no puede alcanzar la paz asesinando a quienes participan en las negociaciones", refiriéndose a Haniyeh y su papel en las conversaciones de alto el fuego.

En un escenario de reacciones públicas, cientos de turcos se congregaron en la histórica Hagia Sophia para rendir homenaje a Haniyeh mientras se celebraba su servicio fúnebre.

Este evento no solo conmemoró la vida del líder palestino, sino que también fue un símbolo de la creciente tensión y el deseo de avenencia en la escena política del Medio Oriente.

Haniyeh, quien había jugado un papel crucial en la política de Gaza, deja tras de sí un legado de resistencia y un contexto de expectativas de reacciones violentas a su muerte.