Yahya Sinwar, el líder de Hamas responsable del ataque del 7 de octubre de 2023, ha fallecido, marcando un hito en el conflicto entre Palestina e Israel.

Después de pasar dos décadas en prisión en Israel, Sinwar asumió el liderazgo político de #Hamas en agosto, siendo visto tanto como un héroe por sus seguidores como un enemigo temido por sus opositores.
Desde su ascenso al poder, trabajó incansablemente para mejorar la capacidad de Hamas de lanzar ataques contra Israel, fomentando un clima de tensión y confrontación en la región.
En respuesta a su papel en la planificación del asalto del 7 de octubre, las autoridades israeledes ofrecieron una recompensa de 400,000 dólares estadounidenses (aproximadamente 370,000 euros) por información sobre su paradero, mientras intensificaban sus esfuerzos para eliminar su influencia y la de su grupo.
Durante más de un año, Sinwar se mantuvo en la clandestinidad, ocultándose en una vasta red de túneles subterráneos construidos por Hamas a lo largo de Gaza, a pesar de los ataques israelíes que eliminaron a muchos de sus aliados y subordinados.
Su legado es objeto de debate entre los palestinos. Algunos lo ven como un luchador por la causa palestina, mientras que otros lo critican por el alto precio que ha costado a su pueblo la escalada de violencia, con más de 42,000 palestinos muertos como consecuencia de los bombardeos posteriores al ataque de octubre.
La muerte de Sinwar ha generado reacciones mixtas en Gaza
La muerte de Sinwar ha generado reacciones mixtas en Gaza. Por un lado, muchos encontraron un motivo de celebración, pero por otro, su asesinato representa un cambio significativo en el panorama político palestino.
Mientras Hamas ha visto un aumento de apoyo en el mundo árabe tras el ataque del 7 de octubre, la situación en #Gaza es desoladora, con la mayoría de la población sufriendo las consecuencias de la ofensiva militar israelí que ha arrasado gran parte del territorio.
Aunque Sinwar logró volver a poner la causa palestina en la agenda internacional, su liderazgo también ha sido señalado por generar un ciclo de violencia que ha distanciado a los palestinos de su objetivo de independencia y estado propio.
Su muerte, simbolizando una victoria para Israel y el primer ministro Benjamin Netanyahu, plantea la pregunta de qué futuro tendrá la organización Hamas y, más importante aún, el pueblo palestino.