Un conocido gurú espiritual ha sido arrestado por la policía francesa, acusado de abuso sexual y explotación. La detención se produjo después de una intensa búsqueda de seis años que involucró a Interpol. El operativo, liderado por 175 agentes de una unidad policial francesa que combate delitos relacionados con sectas, también liberó a 26 personas que vivían en condiciones deplorables de higiene y espacio.
En el mundo de la espiritualidad europea, Gregorian Bivolaru, conocido como 'Grieg' para sus seguidores, era considerado su guía en el camino del yoga tantra hacia la iluminación y un estado superior de conciencia.
Sin embargo, para la policía europea, este gurú rumano de 71 años representa una figura mucho más siniestra: un manipulador maestro acusado de abuso sexual y explotación.
El arresto de Bivolaru esta semana en la región de París, junto con otras 40 personas, marcó el fin de una búsqueda de seis años en la que estuvo involucrada Interpol.
Durante el operativo policial, liderado por 175 agentes de una unidad francesa especializada en delitos sectarios, se rescató a 26 personas que eran descritas como víctimas de la secta y que vivían en condiciones deplorables y sucias.
Bivolaru compareció ante un juez el viernes y podría enfrentar cargos preliminares, al igual que otros 14 sospechosos.
La policía francesa ha estado investigando durante meses una serie de delitos sospechosos, incluyendo violación, trata de personas, confinamiento ilegal y aprovechamiento de seguidores en el marco de una secta.
No ha sido posible contactar a Bivolaru, quien permanece detenido, y aún no está claro si cuenta con representación legal.
Según los testimonios de las presuntas víctimas detallados en los medios franceses, Bivolaru es retratado como un gurú que coaccionaba a las mujeres para mantener relaciones sexuales bajo el pretexto de una elevación espiritual que abarcaba décadas y continentes.
Una mujer alemana relató su supuesto encarcelamiento cuando tenía 21 años en la ciudad india de Rishikesh en 2019, buscando iluminación espiritual.
Describió en el periódico francés Liberation un proceso de manipulación que supuestamente incluía ser fotografiada y filmada desnuda antes de su secuestro y encuentros sexuales forzados en una casa de París.
El grupo también fomentaba una profunda desconfianza hacia el mundo exterior, especialmente hacia la comunidad médica, instándolos a rechazar las vacunas contra el COVID-19 y otros procedimientos médicos, según su testimonio.
Otra víctima, una mujer francesa, contó en el servicio de noticias de radio France Info sobre un calvario de cinco años en el que el yoga tantra se combinaba con la astrología y la parapsicología para supuestamente manipular a los miembros a tener relaciones sexuales no consensuales en nombre de las prácticas espirituales.
El grupo de Bivolaru, inicialmente conocido como MISA (Movimiento para la Integración Espiritual hacia el Absoluto) y posteriormente como la Federación de Yoga Atman, supuestamente participaba en actividades sexuales no consensuales bajo la fachada de enseñanzas de yoga tantra, según una funcionaria judicial francesa que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizada a discutir la investigación.