Francia ha anunciado que prohibirá a los niños usar la abaya, una túnica larga y holgada usada por algunas mujeres musulmanas, en las escuelas públicas del país. Esta medida busca evitar disputas en el sistema escolar secular de Francia. Sin embargo, críticos consideran que esta prohibición discrimina la vestimenta de los adolescentes, generando un nuevo debate sobre el modo en que las mujeres musulmanas se visten y avivando una vez más las tensiones entre la minoría musulmana y el país.

Imagen relacionada de prohiben uso abaya escuelas francia

El Consejo Francés de la Fe Musulmana afirma que la abaya no tiene carácter religioso, sino que es una prenda mal definida relacionada con la cultura árabe.

Desde 2004, a los estudiantes de secundaria y preparatoria en Francia se les ha prohibido usar símbolos religiosos ostentosos, como cruces católicas, kipás judías o pañuelos musulmanes.

Desde 2011, también es ilegal usar un velo que cubra el rostro en espacios públicos.

Los franceses, en general, están de acuerdo con estas reglas.

Sin embargo, la abaya, un vestido largo que cubre las piernas y los brazos pero no las manos, los pies ni la cabeza, se encuentra en una zona gris.

Aunque es popular en el Golfo Pérsico y en algunos países árabes, no tiene un significado religioso claro.

En Francia, la abaya es usada mayormente por mujeres musulmanas que desean seguir las enseñanzas del Corán sobre la modestia.


En el último año, los directores de escuela han expresado su preocupación por la necesidad de recibir instrucciones claras del gobierno sobre cómo lidiar con un número creciente de estudiantes que asisten a clases usando abayas.

Esta semana, el gobierno ha respondido a estas inquietudes.

Según el ministro de Educación Gabriel Attal: 'Cuando entras a un aula, no deberías poder distinguir o identificar la religión de los estudiantes por su apariencia'. Por lo tanto, el ministro ha afirmado que la abaya no tiene lugar en las escuelas.

Attal también ha declarado que los ataques contra el principio de laicidad, la versión francesa de la secularidad que garantiza la libertad de conciencia pero también la neutralidad del Estado y de algunos espacios públicos, han aumentado considerablemente en las escuelas.