Una familia de Rochester, Nueva York, enfrenta una impactante situación tras creer que habían enterrado a su hija desaparecida, solo para descubrir años después que la persona fallecida era completamente desconocida para ellos, lo que genera un escándalo y una profunda angustia.

Una familia residente en Rochester, Nueva York, atraviesa una situación insólita y desgarradora luego de que, tras realizar un funeral y cremación, descubrieran que la persona fallecida no era su hija, sino una desconocida para ellos.
Este hecho ha generado conmoción y múltiples preguntas sobre cómo pudo ocurrir un error de tal magnitud en un proceso tan delicado.
La historia comienza con la desaparición de Shanice Crews, una joven de 28 años que desapareció el 8 de julio de 2021 dejando atrás a sus dos hijos pequeños.
Desde entonces, su familia inició una búsqueda exhaustiva sin éxito. La esperanza de reencontrarse con ella se mantuvo viva, y la incertidumbre creció con el paso de los meses.
Fue el 4 de abril de 2024 cuando la policía de Nueva York informó a la familia que habían encontrado el cuerpo de una joven que, según las pruebas, había muerto por una sobredosis de drogas.
La familia, sin embargo, quedó desconcertada, ya que Shanice no tenía antecedentes conocidos de consumo de sustancias, y el estado avanzado de descomposición del cuerpo dificultaba su identificación visual.
Debido a la imposibilidad de reconocerla, la familia decidió proceder con un funeral y posteriormente la cremación, basándose en las pruebas forenses y en el informe policial.
La tristeza y la confusión marcaron ese momento, y la pérdida de su ser querido se convirtió en una tristeza aún más profunda ante la duda de si realmente era Shanice.
Pero la historia no terminó allí. En noviembre de 2024, siete meses después de la cremación, la familia recibió un mensaje en redes sociales que los dejó en shock. Un desconocido afirmó que Shanice seguía viva y que la había visto en otra ciudad, además de adjuntar una fotografía en la que ella aparecía participando en un evento voluntario.
El mensaje decía: "Señora, me temo que su hermana no está muerta. Acaba de ser voluntaria en mi evento hoy día". La familia, impactada y confundida, no pudo creer lo que estaban leyendo. La revelación significaba que habían sepultado a una persona equivocada, y que su verdadera hija seguía con vida.
La situación se volvió aún más inquietante al descubrir que las cenizas de la supuesta Shanice, que habían sido mezcladas con las de su madre y transformadas en joyas conmemorativas, en realidad pertenecían a una desconocida.
Desde entonces, la familia ha intentado contactar con la joven en la fotografía, pero sin éxito.
Este caso ha generado un debate sobre los protocolos en los procedimientos de identificación en casos de fallecimiento, y ha puesto de manifiesto la importancia de seguir estrictamente los procesos para evitar errores fatales.
La historia de esta familia de Rochester recuerda que, en ocasiones, las tragedias humanas pueden estar marcadas por errores que parecen sacados de una película, pero que tienen consecuencias reales y desgarradoras.
El error ha causado un impacto mediático a nivel nacional e internacional, y ha reavivado la discusión sobre la necesidad de mejorar los sistemas de identificación en casos de desapariciones y muertes, para prevenir que otras familias tengan que vivir una pesadilla similar en el futuro.
La familia, por su parte, continúa buscando respuestas y espera poder reencontrarse con la verdadera Shanice, cuya vida aún podría estar en riesgo si la noticia que circula es cierta.