Análisis de las causas del descalabro electoral de los partidos verdes en las elecciones al Parlamento Europeo

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En Europa, los resultados de la última semana en las elecciones al Parlamento Europeo no dejaron lugar a dudas: los partidos verdes sufrieron un duro golpe al perder un tercio de sus escaños.

Si bien en los últimos años la Unión Europea se ha destacado como líder en la lucha contra el cambio climático, estableciendo altos objetivos de reducción de emisiones, preparándose para abandonar los motores de combustión, impulsando la restauración de la naturaleza y frenando el impacto de la agricultura en el medio ambiente, parece que algo ha cambiado en la percepción de los votantes europeos.

La preocupación por la guerra en Ucrania y su impacto en la defensa y la economía, así como la crisis de costos de vida derivada de la pandemia de coronavirus que aún afecta a los principales países de la UE, y el control de la inmigración han pasado a ser las prioridades de los votantes europeos.

En este nuevo escenario, el atractivo de los partidos verdes parece haber disminuido, haciéndolos parecer fuera de contacto con la realidad.

Bas Eickhout, un destacado político verde de los Países Bajos que ejerce como vicepresidente de los Verdes Europeos, señaló en una entrevista: "Europa realmente ha avanzado mucho en materia de acción climática.

Pero especialmente después de la guerra en Ucrania y la inflación que ha causado la crisis de costos de vida, creo que hay mucha gente preocupada que se pregunta: '¿Podemos permitirnos esto?'".


Varios son los motivos que están surgiendo para explicar por qué los partidos verdes han tenido un mal desempeño electoral.

Los partidos centristas han conseguido ganar terreno al incorporar gran parte de la agenda verde a sus propias políticas, mientras que la identidad propia de los verdes no ha evolucionado lo suficiente.

Esto los hace parecer demasiado centrados en un tema, el clima, que ha perdido relevancia entre las prioridades de los votantes.

Pero también hay una tendencia más amplia en juego que no favorece a los Verdes Europeos.

Un rechazo a las políticas contra el cambio climático en el marco de guerras culturales más amplias ha cobrado impulso.

En muchos lugares, las agendas nacionalistas de los partidos de extrema derecha se han visto reforzadas por apelaciones populistas a ciudadanos económicamente afectados.

La derecha ha crecido entre los votantes al atacar específicamente a los verdes, presentándolos como incapaces de proteger a las personas trabajadoras más pobres en sociedades en rápida transformación.

Estos resultados reflejan un cambio en la percepción de los votantes europeos y las nuevas prioridades que están marcando la agenda política en la región.

Los partidos verdes se enfrentan ahora al desafío de adaptarse a este nuevo escenario para recuperar la confianza de los ciudadanos europeos y seguir siendo relevantes en la escena política del continente.