Un ex empleado de una agencia británica de espionaje ha sido condenado a cadena perpetua por intento de asesinato tras apuñalar brutalmente a una trabajadora de inteligencia estadounidense en el Reino Unido.
Un antiguo empleado de una agencia británica de espionaje, que se había enfurecido y resentido hacia el trabajo de su empleador, ha sido condenado a cadena perpetua por intento de asesinato en el brutal apuñalamiento de un trabajador de inteligencia estadounidense asignado al Reino Unido.
Joshua Bowles, de 29 años, golpeó a la mujer y la atacó con un cuchillo en un ataque 'políticamente motivado' cuando salía de un gimnasio el 9 de marzo en la ciudad de Cheltenham, en el oeste de Inglaterra, donde se encuentra la agencia de espionaje electrónico del Reino Unido, conocida como GCHQ (Government Communications Headquarters).
Joshua Bowles, antiguo empleado de la agencia británica de ciberespionaje, que apuñaló a un trabajador de inteligencia estadounidense, ha sido condenado a cadena perpetua.
Crédito: AP.
'Acabo de intentar matarla', dijo Bowles, según Steve Bunn, quien ayudó a detener el ataque.
'Es... bueno... ¿verdad? No tenía una pistola, ¿no? Soy un terrorista bastante [expletivo], ¿no?'
Bowles, quien fue condenado el lunes (hora de Londres), cumplirá al menos 13 años de prisión antes de tener cualquier posibilidad de libertad anticipada.
La mujer, identificada en el tribunal solo por un número de código, 99230, trabajaba para la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), la cual espía las comunicaciones electrónicas para el país, y coloca a algunos de sus empleados en las instalaciones de Cheltenham.
El ataque fue premeditado y la mujer fue blanco solo por su papel con la NSA, según el fiscal Duncan Penny.
'La inteligencia estadounidense representa el mayor contribuyente dentro de la comunidad de inteligencia, por lo que tenía sentido como objetivo simbólico', le dijo Bowles a la policía después de su arresto.
'Considero que GCHQ es igual de culpable'.
El edificio de GCHQ en Cheltenham.
Crédito: AP.
La jueza Bobbie Cheema-Grubb en la Corte Criminal Central de Londres calificó el ataque como 'políticamente motivado', impulsado por 'ira y resentimiento' hacia GCHQ y hacia las mujeres.
La jueza dijo que Bowles, antiguo desarrollador de software, había mostrado una 'profunda desafectión hacia la sociedad y un deseo de desafiar a la autoridad'.