En la última semana de campaña, Trump y Harris se esfuerzan por atraer a votantes indecisos en una carrera marcada por la polarización y la tensión política.
Washington: En la antesala de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump y Kamala Harris se encuentran en un escenario de intensa competencia.
A solo una semana de la votación, ambos candidatos trabajan para cerrar la brecha que los separa, buscando atraer a un electorado cada vez más dividido.
Esta elección, que se celebrará el 5 de noviembre, presenta desafíos significativos para ambos, desde la creciente preocupación por la desigualdad de género hasta la urgencia de abordar inquietudes sobre inmigración y economía, temas que están en el centro del debate nacional.
El día de ayer, la campaña de Trump dedicó esfuerzos a mitigar el daño tras los comentarios controvertidos de un orador en su mitin en Madison Square Garden, quien se refirió a Puerto Rico como una “isla flotante de basura”. Estas palabras desataron una ola de críticas tanto de celebridades como de figuras demócratas y algunos republicanos, lo que obligó al equipo de Trump a manejar la situación con cuidado.
Por su parte, Kamala Harris continúa enfrentando la indignación respecto al conflicto en Gaza mientras realiza su campaña en Michigan, con miras a un discurso crucial que ofrecerá cerca de la Casa Blanca.
Ambos candidatos entran en esta recta final de la campaña bajo un marco histórico de agitación y violencia política.
Según la última encuesta promedio del New York Times, Harris tiene una ventaja a nivel nacional de menos del 1 por ciento, siendo esta la más estrecha desde mediados de agosto.
La situación es igualmente tensa en los estados clave, donde ningún candidato muestra una ventaja contundente en al menos siete estados que probablemente decidirán la presidencia.
Casi 47 millones de estadounidenses ya han ejercido su derecho al voto anticipado, lo que deja un pequeño grupo de votantes indecisos que ambos candidatos se esfuerzan por convencer.
Alan Abramowitz, científico político y pronosticador electoral de la Universidad de Emory, comenta: “No hay forma de predecir quién ganará esta elección.
Cualquier persona que te diga que puede hacerlo con confianza está engañándote o no sabe de lo que está hablando.”
Este clima electoral tenso no es nuevo en la historia de Estados Unidos.
Desde las elecciones disputadas de 1824 hasta la polarización actual, la nación ha sido testigo de numerosas contiendas que han desafiado los estándares democráticos.
Las elecciones de 2020 ya habían marcado un punto de inflexión en la política estadounidense, y ahora, con un electorado dividido y un ambiente de confrontación, este nuevo enfrentamiento entre Trump y Harris podría ser el más determinante en tiempos recientes.
Mientras tanto, la pregunta sobre cómo se desplazarán las tendencias de votación en estos últimos días se mantiene en el aire, y muchos analistas están a la expectativa de los temas que marcarán la pauta en el desenlace de esta contienda electoral.
Ambas estrategias de campaña, que van desde ataques directos hasta esfuerzos por una mayor inclusión, serán cruciales en determinar el futuro político de Estados Unidos.