En el reciente debate vice-presidencial, J.D. Vance se enfrenta a Tim Walz, destacando temas como la economía, el aborto y la defensa de Israel.

En el marco de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el reciente debate entre J.D. Vance, candidato a la vicepresidencia por el partido republicano, y Tim Walz, su homólogo demócrata, ha dejado ver un choque de ideas y posturas que podría influir en la opinión pública.

Vance, seleccionado por Donald Trump para ser su compañero de fórmula, busca solidificar la agenda de 'América Primero' que ha caracterizado al expresidente.

Sin embargo, su actuación en el debate fue más moderada de lo esperado, lo que ha generado reacciones mixtas entre los seguidores de Trump.

En el debate, Vance no pudo evitar mencionar la recuperación económica durante la administración Trump y criticó la gestión de la inflación bajo el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.

Sin embargo, el candidato demócrata, Walz, destacó la importancia de los derechos reproductivos, afirmando que 'los derechos de aborto son un derecho humano', esto le permitió ganar adeptos entre aquellos que defienden la libertad de elección.

Vance, por otro lado, adoptó una postura más tibia respecto al Segundo Enmienda, lo que contrasta fuertemente con la retórica más intensa de Trump en torno a la posesión de armas.

El debate también se desarrolló en un contexto internacional complicado, donde ambos candidatos expresaron su apoyo a Israel en el conflicto contra Irán y Hezbollah.

Sin embargo, aunque Vance evitó profundizar en el tema de la supuesta 'fraude electoral' de 2020, Walz se mantuvo firme en señalizar la responsabilidad de Trump por los eventos del 6 de enero, fecha en la que se produjo el ataque al Capitolio.

Un aspecto que ha despertado preocupación en cuanto a la candidatura de Vance es su experiencia política.

A los 39 años, y con solo dos años en el Senado, la pregunta que muchos se hacen es si está verdaderamente preparado para asumir la presidencia en caso de que Trump, el candidato más anciano en la historia electoral de EE.UU., no pueda completar su mandato.

En términos de popularidad, Vance no es tan bien recibido como otros candidatos de su partido.

Su desempeño en el debate fue menos agresivo que el estilo que caracteriza a Trump, quien en sus actos recientes ha aumentado la intensidad de sus ataques personales, dirigiéndose incluso a los rivales a través de comentarios sobre su salud mental.

A pesar de esto, el debate no parece haber tenido un impacto significativo en las proyecciones de la carrera electoral.

Es relevante recordar que en elecciones anteriores, como en 2008, la selección de Sarah Palin como compañera de fórmula fue vista como un lastre para John McCain, aunque este no fue el único factor para su derrota ante Barack Obama.

Con estos antecedentes, los analistas políticos se preguntan si Vance podría ser un obstáculo para la reelección de Trump, o si, por el contrario, se alineará con la estrategia del expresidente creando un frente unido de cara a las elecciones de noviembre.

En cualquier caso, este debate ha mostrado cómo las posiciones dentro del Partido Republicano siguen siendo diversas y, en algunos casos, contradictorias.