El expresidente de EE.UU. Donald Trump anuncia una medida radical para reducir la criminalidad en Washington, que incluye la pena de muerte para asesinos. La propuesta ha generado controversia y reacciones diversas en el país y el mundo.

Supuestamente, esta propuesta se enmarca dentro de un plan más amplio para reducir los índices delictivos en Washington, donde, a pesar de que las cifras de criminalidad se mantienen en su nivel más bajo en los últimos 30 años, Trump sostiene que la situación aún requiere medidas drásticas.
Durante la séptima reunión de su gabinete, el expresidente afirmó: "Si alguien asesina a alguien en la capital, pena de muerte". Según él, esta sería una medida de prevención muy efectiva y, aunque reconoce que no sabe si Estados Unidos está preparado para ello, asegura que no tienen otra opción.
Históricamente, la pena de muerte ha sido un tema polémico en el país del norte, con una larga historia que data desde el siglo XVIII. Estados Unidos mantiene aún en algunos estados la posibilidad de aplicar esta sanción, aunque su uso ha disminuido significativamente en las últimas décadas.
La propuesta de Trump, sin embargo, pretende extenderla a toda la jurisdicción de #Washington D.C., que actualmente no contempla la pena capital.
El anuncio de Trump se produce en un contexto en el que, supuestamente, el gobierno ha tomado medidas para reforzar la seguridad en la ciudad. Desde el 11 de agosto, el control de la seguridad en Washington ha sido asumido por el gobierno federal, con una intervención que inicialmente durará 30 días y que podría extenderse si la emergencia continúa.
En este operativo, participan unos 2.000 efectivos de la Guardia Nacional, además de policías metropolitanos y agentes federales del FBI, de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Esta presencia policial responde a una grave situación de criminalidad
Supuestamente, esta presencia policial responde a una grave situación de criminalidad, aunque las cifras oficiales indican que los delitos en Washington han alcanzado su nivel más bajo en tres décadas.
La fiscal general, Pam Bondi, informó que en los últimos días se han detenido aproximadamente 1.094 personas y se han incautado unos 115 armas ilegales, lo que refleja un esfuerzo por mantener el orden y reducir aún más la criminalidad.
A pesar de ello, la propuesta de Trump ha generado reacciones divididas. Sus críticos argumentan que la implementación de la pena de muerte en una ciudad como Washington, con un sistema judicial complejo y en medio de un debate ético sobre su uso, podría derivar en controversias legales y derechos humanos.
Por otro lado, sus seguidores consideran que medidas como esta son necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos y disuadir a los delincuentes.
Supuestamente, en el pasado, otros políticos han intentado propuestas similares, pero pocas han llegado a implementarse en una escala tan amplia. La historia del sistema penal estadounidense revela que, aunque la pena capital ha sido efectiva en algunos casos, también ha generado errores judiciales y controversias que aún perduran en la memoria del país.