La empresa familiar de Donald Trump está explorando posibilidades de inversión en el sector hotelero israelí, con planes de abrir un lujoso hotel en Jerusalén.

En el épicentro de Jerusalén, a poca distancia de la Corte Suprema de Israel y de la oficina del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, la Trump Organisation ha identificado una nueva oportunidad de negocio en el sector hotelero.

Según información revelada por el New York Times, la empresa familiar de Donald Trump ha estado negociando desde el año pasado la posibilidad de abrir un hotel de lujo en un antiguo terreno que perteneció al Ministerio de Relaciones Exteriores.

Esta ubicación se considera estratégica debido a su cercanía al centro del poder gubernamental, similar a las propiedades que Trump ha gestionado anteriormente cerca de la Casa Blanca, conocidas por atraer a dignatarios y partidarios durante su presidencia.

El hotel, que se llamaría Sarona, tendría 880 habitaciones, lo que lo convertiría en el más grande de Israel.

La Trump Organisation está buscando concretar un acuerdo de gestión y marca para este proyecto.

Además, la empresa también ha explorado la posibilidad de transformar un rascacielos en Tel Aviv en otro hotel de la marca Trump.

Documentos muestran que este edificio, que contará con un diseño moderno de vidrio y acero, se encuentra cerca de la sede del ejército israelí y se espera que albergue el mayor número de habitaciones de hotel en el país una vez que se finalice su construcción.

Eric Trump, quien dirige el negocio familiar, inició conversaciones sobre estos proyectos un tiempo después de que su padre lanzara su campaña presidencial en noviembre de 2022. Sin embargo, aunque aún no se ha finalizado ninguno de los tratos propuestos, las negociaciones se han estancado desde el ataque de Hamas a Israel hace un año, aunque la Trump Organisation sigue mostrando interés en abrir un hotel en el país.

Estas actividades de la empresa han suscitado preocupaciones éticas sobre la mezcla de intereses financieros y políticos del expresidente, especialmente en un país que se encuentra en un conflicto bélico y que es un punto de tensión en la política global.

Donald Trump ha dejado claro su respaldo a Israel en sus enfrentamientos con sus vecinos.

En julio, se reunió con Netanyahu en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, y ha descalificado a quienes piden el fin del apoyo estadounidense a la guerra de Israel, llamándolos "matones pro-Hamas" y "simpatizantes del yihadismo". Durante su presidencia, Trump tomó decisiones controversiales como el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel, ordenando además el traslado de la embajada de EE. UU. a esa ciudad, acción que generó reacciones negativas entre líderes árabes y europeos por el temor a que aumentara la violencia.

Antes de comenzar su carrera política, Trump ya había expresado su admiración por Israel, denominándolo "uno de mis lugares favoritos en el mundo", mientras buscaba oportunidades de inversión en el sector inmobiliario israelí.