Donald Trump ha tomado la delantera en las elecciones de EE. UU., destacándose en varios estados clave mientras Kamala Harris busca recuperar terreno.

En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump ha emergido como el candidato líder, superando a Kamala Harris en el voto popular y en el colegio electoral.

Hasta el momento, más del 80% de los estados han cerrado sus urnas, incluidas las siete entidades consideradas como decisivas en la votación.

La Associated Press ha declarado a Carolina del Norte a favor de Trump, marcando así su primer triunfo en uno de los estados en disputa.

Los resultados previos indican que Trump está liderando en estados clave como Pennsylvania, Michigan, Arizona, Wisconsin y Georgia, lo que le otorga una ventaja significativa a medida que continúan contándose los votos.

Kamala Harris, por su parte, aún mantiene una pizca de esperanza por una posible recuperación en los resultados.

Hasta el momento, Trump acumula 230 votos electorales, mientras que Harris se encuentra atrás con 187. Para ganar la presidencia, un candidato necesita alcanzar un mínimo de 270 votos electorales.

En total, alrededor de 82 millones de estadounidenses ejercieron su derecho al voto, ya sea por correo o a través de la votación anticipada.

Los sondeos de salida han revelado que la popularidad de Trump ha disminuido entre los votantes blancos, quienes mostraron un apoyo del 49% hacia él, una caída significativa en comparación con el 57% registrado en las elecciones de 2020. Sin embargo, la situación es diferente entre los votantes latinos, donde la aprobación ha aumentado del 38% al 42%. En el caso de los votantes afroamericanos, el apoyo también ha crecido, pasando del 10% al 14%.

A medida que la jornada electoral avanza, el cierre de todas las urnas está previsto para las 4:00 PM (AEDT). Las proyecciones sugieren que, a pesar de la ventaja actual de Trump, la jornada sigue siendo incierta con la continuación del conteo de votos en estados como Nevada, que aún no ha divulgado resultados.

Históricamente, las elecciones en EE. UU. han estado marcadas por sorpresas y cambios de tendencia en las últimas horas.

En 2016, Trump logró una victoria inesperada en estados que se creían seguros para Hillary Clinton, mientras que en 2020, Joe Biden triunfó en varios de esos mismos estados después de que Trump mantuviera su presencia fuerte en la política estadounidense.

La dinámica electoral es impredecible y podría cambiar rápidamente a medida que se sigan contando los votos, contribuyendo así a un clima de expectativa y análisis constante.

Con cada nuevo resultado, tanto Trump como Harris buscan ajustar sus estrategias para maximizar el apoyo de sus respectivas bases, sabiendo que cada voto cuenta en un sistema electoral tan segmentado y a menudo volátil como el estadounidense.