El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha rechazado los relatos sobre sus conversaciones con el multimillonario australiano Anthony Pratt como 'noticias falsas' y ha insistido en que sus discusiones se centraron en el desarrollo económico.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha descartado los informes sobre sus conversaciones con el multimillonario australiano Anthony Pratt como 'noticias falsas' y ha afirmado que sus discusiones se enfocaron en el desarrollo económico.

Una investigación conjunta de este medio y 60 Minutes ha descubierto grabaciones de audio separadas en las que el multimillonario habla sobre su relación con Donald Trump, de carácter 'mafioso', y su afirmación de un pago de $1 millón al abogado de Trump, Rudy Giuliani.

Tras las recientes acusaciones de que Trump había filtrado detalles clasificados de la flota de submarinos estadounidenses a Pratt, las grabaciones encubiertas revelan que el multimillonario afirmó que el expresidente también reveló detalles no públicos sobre las acciones militares de Estados Unidos en Irak y una conversación privada con el líder de Irak.

Trump no respondió a una solicitud de comentarios por parte de este medio, pero recurrió a su plataforma social, Truth, para atacar a The New York Times por informar sobre las cintas.


'La historia del The Failing New York Times... sobre un pelirrojo extraño de Australia, llamado Anthony Pratt, es noticias falsas', escribió. 'Nunca hablé con él sobre submarinos, pero sí hablé con él sobre la creación de empleos en Ohio y Pennsylvania, porque eso es en lo que me enfoco: empleos, una gran economía, impuestos bajos, sin inflación, dominio energético, fronteras fuertes, sin guerras interminables, tasas de interés bajas y mucho más'. Mientras tanto, The New York Times informó que Trump emitió un comunicado en el que afirmaba que la información de las cintas provenía de 'fuentes que carecen por completo de un contexto y una información relevante'. Pratt obtuvo acceso a Trump al gastar cientos de miles de dólares en membresía y tarifas de eventos en el club privado Mar-a-Lago del expresidente en Florida.