Donald Trump continúa siendo una figura polarizadora en la política estadounidense, generando tanto apoyo como controversia en su camino hacia la presidencia.
El fenómeno Donald Trump es innegable.
Cada vez que parece estar al borde del abismo, se levanta con una fuerza que sorprende a muchos.
En 2016, tras la publicación del infame video de Access Hollywood, se pensó que su carrera política había terminado.
Sin embargo, logró reponerse y consolidarse en la presidencia.
Su participación en los acontecimientos del 6 de enero, donde incitó a sus seguidores a asaltar el Capitolio, tampoco logró poner punto final a su influencia.
Argumentos sensatos y políticas controvertidas no han logrado frenar su ascenso.
A pesar de sus numerosas controversias, la demanda popular por su liderazgo sigue intacta.
Trump ha implementado políticas que resuenan con muchos estadounidenses, incluso entre aquellos que critican sus actitudes y declaraciones.
Su enfoque en la economía y la inmigración, así como su promesa de "mantener a los hombres fuera del deporte femenino", ha atraído a diversos grupos demográficos.
En una reciente visita a una barbería en el Bronx, lanzó una advertencia sobre la identidad de género en las escuelas, señalando que los padres a veces no son informados sobre fenómenos de cambio de género en sus hijos.
Este tipo de comentarios resuena fuertemente con una parte del electorado.
Además, el apoyo de Trump entre los hombres latinos ha aumentado considerablemente, a pesar de que en las elecciones se enfrentaba a una candidata mujer, que históricamente podría haber hecho historia como la primera presidenta.
Este fenómeno sugiere que hay un segmento significativo de hombres negros que tradicionalmente han sido cautelosos a la hora de respaldar a mujeres afroamericanas en posiciones de alto poder.
En contraposición, muchos sectores de mujeres afroamericanas experimentan una creciente frustración, sintiendo que sus esperanzas no se están materializando en apoyo político.
Algunos críticos del Partido Demócrata advierten que es crucial el cambio de enfoque, sugiriendo que el partido debe dejar de parecer la sede de mujeres que predican y que buscan confrontar.
La sutil estrategia de los Obama de conectar con hombres negros también fue percibida como paternalista e insistente, resultando en un rechazo en ciertos círculos.
Michelle Obama, por ejemplo, en un momento se dirigió a los hombres, formalizando un llamado: "Tenemos todo el derecho a exigir que los hombres en nuestras vidas hagan un esfuerzo por nosotras".
Por todo esto, debemos aceptar que, a pesar de sus múltiples fallas, muchos estadounidenses sienten que Trump es quien debería estar al mando nuevamente.
Con su declaración de tener un "mandato sin precedentes", es evidente que la situación política en EE.UU. puede tornarse aún más tumultuosa en los próximos meses.
Hay que abrocharse los cinturones, porque el camino hacia las próximas elecciones promete ser complicado.