El cardenal Timothy Dolan se enfrenta a críticas tras permitir que Donald Trump hiciera comentarios provocativos en un evento benéfico.

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En Nueva York, la cena benéfica Al Smith ha sido escenario de un desacuerdo significativo entre la comunidad católica y la cultura política actual.

El cardenal Timothy Dolan, al presidir el evento, se expuso a la crítica por haber permitido que Donald Trump hiciera comentarios cuestionables y provocativos bajo el manto de la caridad.

Durante la cena, Trump dirigió insultos a sus oponentes políticos de una manera que despertó la indignación de muchos.

Comentó sobre la supuesta incapacidad del actual presidente, insinuando que ‘tenemos a alguien en la Casa Blanca que apenas puede hablar y que parece tener la capacidad mental de un niño’. Sus palabras, que desencadenaron risas en la multitud de acaudalados donantes, resultaron ser una burla a la vicepresidenta Kamala Harris, lo que refleja un comportamiento que ha sido característico de Trump en sus apariciones públicas.

El evento no fue solo un esfuerzo por recaudar fondos, sino también una oportunidad para celebrar los valores católicos.

Sin embargo, Dolan, al no intervenir, permitió que el momento se tornara hacia la divisividad que Trump a menudo trae a la mesa.

En años anteriores, este tipo de reacciones no se habrían tolerado en una reunión de tal importancia religiosa y social.

Dolan, un cardenal de la Iglesia Católica que ha sido un prominente defensor de las causas de caridad, debió haber sentido la presión en el acto.

En lugar de desempeñar su papel como voz de ética y moralidad, pareció ir en la dirección opuesta, cediendo a la controversia y permitiendo que Trump tratara el evento como un escenario para atacar a sus enemigos políticos.


Muchos esperaban que Dolan pudiera haber dicho algo al estilo de ‘¡Basta!’ y confrontar a la figura que está utilizando la religión para fines políticos.

Históricamente, este tipo de eventos ha sido un espacio para el buen humor y la camaradería bipartidista.

Irónicamente, el propio Al Smith, a quien se rinde homenaje en esta cena, fue un político que conoció de cerca los estragos del odio y la violencia racial.

Smith, conocido como el ‘Guerrero Alegre’, fue el primer candidato católico a la presidencia en 1928, pero su carrera fue socavada por la intolerancia religiosa y el racismo.

Como defensor de los derechos laborales tras la tragedia del incendio de la fábrica de camisas Triangle, Smith luchó incansablemente por un entorno de trabajo más seguro y equitativo.

La llegada de Trump a un evento que glorifica la caridad y la unidad solo resalta el profundo contraste con el legado de Smith, que abogaba por la inclusión y la justicia social.

Mientras Smith luchó contra los prejuicios en su tiempo, el Trump de hoy parece usar cínicamente esos mismos temas para dividir y polarizar más la sociedad.

En conclusión, la reciente cena Al Smith en Nueva York nos recuerda que la intersección de la fe, la política y la caridad es un campo minado.

Dolan, al no tomar una posición firme, ha dejado un vacío en el que la falta de integridad y decoro puede prosperar.

La comunidad católica y los fieles que valoran la justicia y la equidad esperan que, en el futuro, se puedan mantener los estándares éticos necesarios en encuentros de tal trascendencia.