El presidente chino Xi Jinping ha eliminado formalmente el último obstáculo para consolidar su poder al fusionar el Partido Comunista y el Consejo de Estado.

El objetivo era hacer que la economía pareciera más estable y eficiente para los inversores. Funcionó. Miles de millones de dólares fluían a las arcas de China, y la economía registraba tasas de crecimiento de dos dígitos durante gran parte de los siguientes 30 años.
Pero en el último acto del Congreso Nacional de Personas de este año en Beijing el lunes, esa distinción fue extinguida. Por primera vez en cuatro décadas, el Artículo Tres de la Ley Orgánica se modificó para hacer que el papel del Consejo de Estado, que incluye al primer ministro, ministros de economía y enviados extranjeros, sea indivisible del partido.
Los cambios dejan claro que el papel del consejo ya no se limita a implementar el desarrollo económico, los resultados educativos o manejar asuntos judiciales.
Ahora su trabajo principal es "defender el liderazgo del #Partido Comunista de China" a través de la guía de Mao Zedong
Ahora su trabajo principal es "defender el liderazgo del Partido Comunista de China" a través de la guía de Mao Zedong, Deng y el "Pensamiento de Xi Jinping".
Esta fusión del partido y el estado ha estado en marcha desde que Xi llegó al poder en 2013 y se incluyó tanto al partido como a sí mismo en la Constitución en 2017.
La subordinación oficial del Consejo de Estado, votada por 2883 delegados a favor y ocho en contra en el congreso, ha hecho que esa transformación sea completa.