Seis personas en Reino Unido y Alemania han sido acusadas de espiar para China, desatando una creciente resistencia en Europa contra la influencia maligna del país asiático en la política y el comercio.
En Europa, dos hombres, uno británico y otro alemán con ascendencia china, se vieron envueltos la semana pasada en acusaciones de espionaje a favor de China.
A pesar de provenir de diferentes países y tener perspectivas aparentemente opuestas, ambos hombres trabajaban como asistentes en el Parlamento de sus respectivos países.
Las acusaciones de espionaje contra China se han extendido a seis personas en tres casos separados: dos en Reino Unido y cuatro en Alemania.
Uno de los acusados habría pasado información sensible sobre sistemas de propulsión marina alemanes, información valiosa para una armada.
El viernes, mientras los dos británicos comparecían ante un tribunal en Londres, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunía en Beijing con el presidente chino Xi Jinping en un esfuerzo por mantener abiertas las comunicaciones entre los dos rivales, a pesar de los crecientes conflictos sobre comercio, seguridad nacional y fricciones geopolíticas.
El secretario de Defensa británico advierte sobre las actividades expansionistas de China en el Mar del Sur de China
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, ha advertido que Occidente debe desarrollar una estrategia política más coherente frente a las actividades expansionistas de China en el Mar del Sur de China o enfrentarse a un conflicto en una década.Los casos de espionaje en Reino Unido y Alemania, los primeros de este tipo en dos países que alguna vez tuvieron cálidas relaciones con Beijing, sirvieron como puntos de exclamación llamativos en la larga y a menudo angustiada ruptura de Europa con China.
Poco después de que funcionarios británicos y alemanes anunciaran los cargos, las autoridades holandesas y polacas registraron las oficinas de un proveedor chino de equipos de seguridad como parte de una ofensiva de la Unión Europea contra lo que considera prácticas comerciales desleales.
Fue la primera vez que el brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, utilizó una nueva ley contra subsidios extranjeros para ordenar un registro en una empresa china.
A principios de abril, Suecia expulsó a un periodista chino que había sido residente en el país durante dos décadas, argumentando que representaba una amenaza para la seguridad nacional.