Un nuevo informe revela que China no está cumpliendo con sus promesas de financiamiento bajo la polémica Iniciativa de la Franja y la Ruta, con una brecha de cerca de $80 mil millones solo en el sudeste asiático.

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Según un nuevo informe, las promesas de financiamiento de China bajo su polémica Iniciativa de la Franja y la Ruta están quedando cortas en casi $80 mil millones solo en el sudeste asiático, debido a proyectos de megaobras que languidecen o fallan por completo en medio de la transición global hacia energías limpias, una planificación deficiente e inestabilidad en el país anfitrión.

Un análisis reciente del Instituto Lowy de Australia también mostró que, a pesar de estos problemas, China seguía siendo de lejos la mayor fuente de capital extranjero en la región estratégicamente crítica, y estaba aprendiendo de la experiencia.

El proyecto del Tren de Alta Velocidad Jakarta-Bandung en Indonesia se completó cuatro años después del plazo y con un excedente de $1,2 mil millones sobre el presupuesto.

A pesar de que ha habido una fuerte disminución en los nuevos acuerdos, China está desviando su inversión hacia proyectos más pequeños al tiempo que incrementa su enfoque en la gestión de riesgos, el cumplimiento, la seguridad y los estándares ambientales.

Esto, junto con el compromiso de Beijing de hacer realidad su visión y la enormidad de la inversión, significa que la ambiciosa Iniciativa de la Franja y la Ruta está "aquí para quedarse" y seguirá desempeñando un papel desproporcionado en el desarrollo de infraestructura de la región, según escribieron los autores Alexandre Dayant y Grace Stanhope en el informe.


El presidente Xi Jinping lanzó su estrategia emblemática para conectar a China y al mundo a través de la infraestructura en 2013, ganándose de inmediato a muchos gobiernos extranjeros con promesas de inversión sin precedentes, pero despertando temores entre otros sobre trampas de deuda, influencia política y una eventual expansión militar.

El sueño de la Franja y la Ruta ha crecido en la última década desde el desarrollo principalmente en Asia y Europa, originalmente un seguimiento de la antigua Ruta de la Seda, hasta incluir vastas áreas de África, Oriente Medio y América del Sur.

China estaba involucrada en 24 de los 34 proyectos de megaproyectos en el sudeste asiático valorados en más de $1 mil millones cada uno, según los investigadores de Lowy, y sus compromisos totales valían casi €105 mil millones.

Varios de ellos ya se habían entregado.

"Estos proyectos responden a necesidades reales e inmediatas en la región", escribieron los autores.

"Sin embargo, hay una brecha significativa entre las promesas de China y su implementación, entre lo que se compromete y lo que se entrega".