Cheng Lei, periodista australiana, lleva tres años detenida en una celda de Beijing acusada de cargos de seguridad nacional sin especificar. A pesar de las brutalidades sufridas, mantiene su inocencia.

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Cheng Lei, una periodista australiana de 48 años, lleva tres años detenida en una celda en Beijing, China.

Fue acusada de cargos de seguridad nacional sin especificar después de trabajar durante casi una década para la red de televisión estatal china CGTN en Beijing.

Desde su detención el 13 de agosto de 2020, Cheng ha estado encerrada en una celda de prisión en Beijing.

La fecha para su veredicto se ha extendido seis veces, manteniendo ella siempre su inocencia.

En la actualidad, Cheng Lei vive en un aislamiento sin fin.

Su celda de tres por tres metros apenas recibe luz solar, a la que solo tiene acceso durante diez horas al año.

En los momentos de soledad, ella evoca los lugares en los que ha vivido y visitado en Australia: Melbourne, Brisbane, Sydney y Perth.

Las caminatas por el campo, los ríos, los lagos, las playas con sus atardeceres psicodélicos... todo es un escape de su difícil situación.

La detención de Cheng Lei ha sido una experiencia tortuosa, enfrentando interrogatorios brutales en el sistema legal chino para extraer una confesión.

Su juicio en Beijing se llevó a cabo sin la presencia del embajador de Australia, Graham Fletcher.

A pesar de todo, Cheng ha mantenido su inocencia y luchado por su libertad.

Su historia continúa sin una fecha de sentencia y sin conocer los detalles de los cargos que se le imputan.

El caso de Cheng Lei es otro ejemplo del desafío que enfrentan los periodistas y defensores de los derechos humanos en China y resalta la importancia de la libertad de expresión y la protección de la prensa en todo el mundo.