Una caravana migrante compuesta por personas provenientes de Centroamérica, Venezuela, Cuba y otros países se está desplazando por México y se dirige hacia la frontera de Estados Unidos. Esta caravana, conformada en su mayoría por familias con niños pequeños, es la más numerosa en más de un año, lo que indica que los esfuerzos conjuntos de la administración Biden y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para detener la migración no están dando resultado.

En Tapachula, México, una imponente caravana de migrantes provenientes de Centroamérica, Venezuela, Cuba y otros países se encuentra en camino hacia la frontera de Estados Unidos.

La procesión comenzó tan solo días antes de la visita del Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a la Ciudad de México para establecer nuevos acuerdos que controlen el aumento de migrantes que buscan ingresar a territorio estadounidense.

La caravana, en la que se encuentran muchas familias con niños pequeños, es la más grande en más de un año, lo que lleva a pensar que los esfuerzos conjuntos de la administración Biden y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para frenar la migración no están dando resultados satisfactorios.

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La caravana de Navidad partió de la ciudad de Tapachula, cerca de la frontera sur del país con Guatemala.

Las fuerzas de seguridad observaban lo que parecía ser una repetición de tácticas pasadas, cuando las autoridades esperaban a que los caminantes se agotaran y luego les ofrecían una forma de estatus legal temporal que muchos utilizaban para continuar su viaje hacia el norte.

“Hemos estado esperando aquí durante tres o cuatro meses sin obtener respuesta”, dijo Cristian Rivera, quien viaja solo después de haber dejado a su esposa e hijo en Honduras.

“Esperemos que con esta marcha haya un cambio y podamos obtener el permiso que necesitamos para dirigirnos al norte”.

En mayo, López Obrador aceptó acoger a migrantes procedentes de países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, que habían sido rechazados por Estados Unidos por no seguir las reglas que ofrecían nuevas vías legales de asilo y otras formas de migración.

Sin embargo, este acuerdo, destinado a frenar el aumento de la migración después de la pandemia, parece ser insuficiente, ya que el número de migrantes vuelve a aumentar, interrumpiendo el comercio bilateral y avivando el sentimiento antiinmigrante entre los votantes conservadores en Estados Unidos.

Este mes, se arrestaron hasta 10,000 migrantes al día en la frontera suroeste de Estados Unidos.

Al mismo tiempo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos tuvo que suspender el tráfico ferroviario transfronterizo en las ciudades texanas de Eagle Pass y El Paso debido a que los migrantes viajaban encima de los trenes de carga.

Los arrestos por cruces ilegales superaron los 2 millones en cada uno de los últimos dos años fiscales del gobierno de Estados Unidos, reflejando los cambios tecnológicos que han facilitado a los migrantes abandonar sus hogares para escapar de la pobreza, los desastres naturales, la represión política y el crimen organizado.