El sacerdote Antonio Ruccia es investigado por homicidio involuntario tras el hallazgo de un bebé muerto en la cuna térmica de su iglesia en Bari, Italia.

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En una trágica y conmovedora historia que ha impactado a la comunidad de Bari, Italia, el sacerdote Antonio Ruccia se encuentra bajo investigación por presunto homicidio involuntario tras la muerte de un recién nacido.

El bebé, que se estima tenía alrededor de un mes de vida, fue hallado sin vida el 2 de enero dentro de la "cuna térmica" de la iglesia San Giovanni Battista, un dispositivo diseñado para que las madres que se enfrentan a situaciones difíciles puedan dejar a sus hijos de manera anónima.

La cuna térmica está equipada con un sistema de alarma y calefacción que, en condiciones normales, se activa en cuanto se deposita al bebé, enviando una notificación al teléfono del sacerdote.

Sin embargo, ha surgido la incertidumbre sobre si el bebé había fallecido antes de ser dejado en la cuna, si la alarma no funcionó correctamente, o si el sistema había sufrido algún tipo de falla tras un reciente corte eléctrico en la zona.

El sacerdote Ruccia estaba ausente de la iglesia en el momento del trágico acontecimiento, habiéndose desplazado a Roma para participar en las celebraciones navideñas.

Cuando los medios locales intentaron comunicarse con él, expresó que su teléfono móvil no sonó en el momento en que se activaría la cuna, lo que ha llevado a la fiscalía de Bari a investigar tanto al sacerdote como a un técnico local que había realizado tareas de mantenimiento en el dispositivo.

Durante una misa celebrada recientemente, el padre Ruccia comentó a los feligreses: "Hemos pasado por una experiencia traumática" y añadió que como comunidad tienen la responsabilidad de fomentar la vida, aunque reconoció la ironía de la situación al decir que "el azar nos tomó el pelo".

A la entrada de la iglesia, se puede ver un cartel que insta a las personas en dificultades a dejar a sus hijos al cuidado de la parroquia, acompañada de la frase: "Ningún bebé es un error".

La investigación inicial había contemplado el posible abandono del menor, pero el caso ha dado un giro significativo con la inclusión del sacerdote y el técnico en el proceso.

A medida que los detalles continúan desarrollándose, la comunidad de Bari se encuentra sumida en la tristeza, buscando respuestas a este incidente desgarrador.

Este suceso resalta una problemática social más amplia relacionada con el abandono de bebés y la necesidad de sistemas seguros y efectivos para proteger a los más vulnerables.

Cabe recordar que el concepto de cuna térmica no es nuevo en Italia, habiendo sido implementado en diversas ciudades como una alternativa para las madres que se enfrentan a decisiones difíciles.

No obstante, la efectividad y seguridad de estas iniciativas deben ser analizadas y mejoradas para que situaciones trágicas como esta no se repitan en el futuro.