La batalla por la influencia entre Australia y China se manifiesta en la capital de las Islas Salomón, donde los carteles publicitarios ofrecen una visión clara de sus respectivas contribuciones a la nación.
En el contexto del Pacífico, la lucha por obtener influencia entre Australia y China se ha convertido en un tema relevante, como lo mencionó la Ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, al referirse a este enfrentamiento como una "competencia permanente". Un paseo por Honiara, la capital de las Islas Salomón, revela una gran disparidad: mientras la pobreza y el desempleo juvenil son evidentes, la ciudad también está adornada con una multiplicidad de carteles publicitarios que promueven los esfuerzos de asistencia económica de estas dos naciones.
Hasta hace poco, la mayoría de los anuncios destacaban las ayudas ofrecidas por China.
Sin embargo, en los últimos tiempos, Australia ha intensificado su presencia, proclamándose en publicidad como el "nambawan" (que significa "número uno" en Pidgin) donante para el país.
Estos anuncios son verídicos, ya que a pesar de las reducciones en el presupuesto de ayuda entre 2013 y 2014, Canberra sigue siendo el donante más grande del país, superando a otros, incluida China.
Beijing, en contraste, ha sido hábil al construir proyectos visibles y llamativos desde que las Islas Salomón cambiaron su reconocimiento diplomático de Taiwán a China en 2019. Ejemplo de ello es el estadio construido para los Juegos del Pacífico del año pasado.
Sin embargo, China a menudo recibe el mérito de proyectos que en realidad han sido financiados por donantes multilaterales, como el Banco Asiático de Desarrollo, pero que involucran a empresas constructoras estatales chinas.
Esta competencia entre los carteles publicitarios presenta un riesgo.
En lugar de sentirse agradecidos, los locales podrían cuestionar por qué la economía, los servicios y la infraestructura siguen en declive a pesar de la inyección de dinero extranjero.
Otra lectura sugiere que estos carteles están dirigidos no tanto a la población general, sino a la élite local y a los ministros visitantes, quienes buscan evidencia del uso de sus presupuestos al llegar a la ciudad desde el aeropuerto.
Las intenciones de China en el Pacífico son claras y se alinean con su objetivo global de expandir su influencia económica y política.
Wang Yi, miembro del Politburó y Ministro de Relaciones Exteriores de China, ha recorrido varios países del Pacífico, lo que subraya su interés en la región.
Un acuerdo entre las Islas Salomón y Beijing durante el gobierno de Scott Morrison para permitir el ingreso de fuerzas policiales chinas es una muestra notable de sus ambiciones de seguridad.
Adicionalmente, desde las elecciones en las Islas Salomón a principios de este año, Beijing ha enviado a numerosas autoridades del país a China para participar en giras de estudio, llevándose prácticamente a departamentos enteros.
En Honiara, se está construyendo rápidamente un nuevo hospital de estilo pagoda, que asegura que nadie olvide su origen.
Este panorama muestra que la carrera por la influencia en el Pacífico entre Australia y China está lejos de llegar a su fin, y las implicaciones para la región son profundas y complejas.