Australia introduce una rigurosa ley que prohíbe el acceso a redes sociales para menores de 16 años, en un esfuerzo por proteger a los niños en el entorno digital.
Australia ha dado un paso decisivo al aprobar una ley que prohíbe el acceso a las redes sociales para los menores de 16 años, convirtiéndose en uno de los países que aplican las regulaciones más estrictas contra las grandes tecnológicas.
Esta normativa obliga a gigantes de la tecnología como Meta, propietario de Instagram y Facebook, y la popular aplicación TikTok, a impedir que los adolescentes de menos de 16 años se registren en sus plataformas.
Aquellos que no cumplan con la nueva ley enfrentan multas que podrían alcanzar los 45 millones de euros.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha expresado su compromiso de hacer de las redes sociales un entorno más seguro para los niños, subrayando la importancia de proteger a los menores en la era digital.
La implementación de la ley se llevará a cabo con un periodo de prueba que comenzará en enero, mientras que su prohibición total entrará en efecto en el transcurso de un año.
Esta medida no es aislada, ya que en varios países europeos también se discute cómo regular el acceso de los niños a las redes sociales.
Aunque en Gran Bretaña no existen planes actuales para seguir el ejemplo de Australia, el ministro digital, Peter Kyle, ha afirmado que todas las opciones están sobre la mesa para garantizar la seguridad en línea, señalando la necesidad de llevar a cabo un estudio sobre el impacto del uso de teléfonos inteligentes y redes sociales en los jóvenes.
A pesar de que muchas plataformas de redes sociales establecen la edad mínima de 13 años para su uso, numerosos defensores de la protección infantil afirman que estas restricciones son insuficientes.
Datos oficiales indican que una cantidad significativa de niños menores de 13 años tiene acceso a cuentas en dichas plataformas, lo que ha suscitado preocupación entre las autoridades y expertos en salud mental infantil.
Históricamente, la cuestión del acceso de los menores a las redes sociales ha sido problemática.
En 1998, Estados Unidos estableció la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA), que exige el consentimiento de los padres para que los menores de 13 años utilicen servicios en línea.
Sin embargo, la llegada de nuevas aplicaciones y herramientas digitales ha desafiado la efectividad de estas regulaciones, llevando a gobiernos de todo el mundo a reevaluar sus enfoques.
Las nuevas medidas en Australia representan un esfuerzo significativo por parte del gobierno para mitigar los riesgos asociados con el uso de redes sociales.
A medida que el uso de la tecnología y los smartphones continúa creciendo, las autoridades enfrentan el reto de equilibrar la innovación y el desarrollo de la tecnología con la necesidad de proteger a los usuarios más vulnerables, especialmente los niños, en un entorno cada vez más digitalizado.