Australia aumentará su esfuerzo por obtener un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y solicitará que se restrinjan los poderes de veto de Rusia en el organismo mundial debido a la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin.

En una conferencia importante ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, la Ministra de Relaciones Exteriores Penny Wong también destacó la amenaza existencial del cambio climático y la necesidad de garantizar que el mundo permanezca libre de armas nucleares.

La Ministra de Relaciones Exteriores, Penny Wong, estrecha la mano de un diplomático ucraniano en la ONU.

Además, Wong advertirá que las tensiones en el Mar de China Meridional y el aumento militar en el Indo-Pacífico han dado lugar a 'las circunstancias más desafiantes en décadas' y requerirán un mayor esfuerzo colectivo para evitar una guerra no deseada.

'Se está expandiendo el poder militar, pero no hay medidas para limitar el conflicto militar, y hay pocos mecanismos concretos para evitarlo', dijo, según una copia anticipada de su discurso, que tenía previsto pronunciar el viernes por la noche (hora de EE. UU.).

'Por lo tanto, depende de todos nosotros actuar para desplegar nuestra diplomacia estatal colectiva, nuestra influencia, nuestras redes, nuestras capacidades, para minimizar el riesgo de malentendidos y cálculos erróneos y prevenir conflictos catastróficos.

La construcción de la paz hoy debe enfrentar este desafío'.

El discurso de la ministra es su segunda intervención en la Semana de Alto Nivel de la ONU, un festival anual donde líderes políticos, diplomáticos y líderes empresariales se reúnen a lo largo del río Este de Nueva York en un intento de resolver los problemas del mundo.

Este año, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue el único líder de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que asistió al evento, lo que planteó preguntas renovadas sobre la influencia general del organismo.

El presidente ruso, Vladimir Putin, quien tiene una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional, así como el presidente chino, Xi Jinping, se negaron a asistir por segundo año consecutivo.