El Ministro de Defensa australiano reafirma el compromiso con el pacto de submarinos nucleares, a pesar de las críticas internas.

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En Londres, el Ministro de Defensa australiano, Richard Marles, ha defendido con firmeza el pacto de seguridad que Australia mantiene con el Reino Unido y Estados Unidos, en medio de las crecientes críticas por parte de varios miembros destacados del partido Laborista.

Marles se comprometió a seguir adelante con el acuerdo de 368 mil millones de dólares australianos (aproximadamente 227 mil millones de euros) para la adquisición de submarinos nucleares, dejando claro que no hay vuelta atrás en este proyecto.

Durante una conferencia de prensa junto a sus homólogos de Reino Unido y Estados Unidos, el secretario de Defensa británico, John Healey, y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, Marles anunció que Australia se encuentra en negociaciones para formalizar un tratado con el Reino Unido en el marco de un programa de submarinos nucleares de intercambio tecnológico.

Marles subrayó que el gobierno liderado por Anthony Albanese no se dejará influenciar por las objeciones de veteranos del partido, como el ex primer ministro Paul Keating y los ex ministros de Relaciones Exteriores Gareth Evans y Bob Carr.

En sus declaraciones, Marles enfatizó la “imprescindibilidad” del acuerdo para el futuro de Australia, señalando que el contexto estratégico no ha cambiado a pesar de las opiniones divergentes expresadas por Keating.

"Como nación posicionada donde estamos, debemos contar con una capacidad de submarinos de largo alcance de primera clase", agregó. Según Marles, el único camino para lograr esto es a través de submarinos de propulsión nuclear, lo cual permitirá a Australia mantener capacidades comparables a las que existían en la época de Keating, cuando se planeaban los submarinos clase Collins.


La reciente reunión en Londres marcó la primera vez que los ministros de defensa de las tres naciones AUKUS se encontraron fuera de Estados Unidos.

Este acuerdo, lanzado originalmente en septiembre de 2021, representa un hito histórico, donde las naciones se comprometieron a colaborar simultáneamente en el avance de sus arsenales bélicos, mejorar la interoperabilidad de sus sistemas y contrarrestar las fuerzas militares de China en la región del Indo-Pacífico.

Estados Unidos está previsto que venda a Australia dos submarinos nucleares de clase Virginia de segunda mano a principios de los años 2030, y se espera que un tercero llegue hacia finales de esa década.

Además, el Reino Unido y Australia están desarrollando conjuntamente un proyecto de submarinos, denominado SSN-AUKUS, cuya flota de submarinos nucleares se espera que entre en servicio en el Reino Unido a finales de la década de 2030 y a principios de 2040 para la Marina australiana.

Como parte de este pacto, los aliados están abiertos a colaborar con otras naciones en el desarrollo de capacidades militares emergentes, que abarcan áreas como la guerra electrónica, la ciberseguridad y la inteligencia artificial.

Sin embargo, críticos como Keating, Carr y Evans han cuestionado contundentemente la decisión del Laborismo de respaldar el pacto, alcanzado durante el mandato del ex primer ministro Scott Morrison, argumentando que el acuerdo implicará consecuencias profundamente negativas para la seguridad y soberanía de Australia.