Pilar Bosch, una joven microbiologa, colabora con su madre en un innovador proyecto de restauración de pinturas en Valencia, empleando técnicas biológicas para eliminar el pegamento de las obras.

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En el corazón de Valencia, una ciudad rica en patrimonio artístico y cultural, se está llevando a cabo un innovador proyecto de restauración que combina la microbiología con el arte.

La investigadora Pilar Bosch, quien se especializa en microbiología, se ha unido a su madre, Pilar Roig, catedrática en el Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio en la Universidad Politécnica de Valencia, para abordar un antiguo desafío en la restauración de obras.

Este inusual emprendimiento comenzó en 2008, cuando Bosch, en la búsqueda de un tema para su tesis doctoral, descubrió un artículo que proponía el uso de bacterias para limpiar frescos, algo que resonaba en su mente debido a que su madre enfrentaba problemas significativos en la restauración de pinturas del siglo XVIII, específicamente las obras de Antonio Palomino en la Iglesia de Santos Juanes, una de las más antiguas de la ciudad.

La restauración de estas obras se había complicado debido al pegamento utilizado durante intervenciones de los años 60, lo que llevó a Pilar Roig a buscar soluciones efectivas.

Con un fondo de investigación de aproximadamente 4 millones de euros, financiado por fundaciones locales, el dúo de madre e hija ha comenzado a aplicar métodos biológicos para restaurar y preservar el arte.

Este enfoque revolucionario implica entrenar bacterias a través de la alimentación con muestras del pegamento animal que se adhiere a las pinturas.

Posteriormente, estas bacterias producen naturalmente enzimas que descomponen el adhesivo.


Una vez que las bacterias están listas, se preparan en una mezcla con un gel basado en algas naturales.

Esta mezcla se aplica cuidadosamente sobre las pinturas antes de que estas sean reinstaladas en sus paredes originales.

Después de un periodo de tres horas, el gel se retira, revelando pinturas limpias de cualquier residuo de pegamento.

Este proceso no solo ofrece una forma más eficaz de limpieza, sino que también respeta la integridad y la historia de las obras de arte.

El trabajo de restauración va más allá de un simple proyecto académico; es una vanguardia en la aplicación de la biotecnología en el campo del arte.

Cada pintor y artista tiene su firma única y, cuando se trata de obras antiguas, el objetivo es siempre preservar la singularidad de cada pieza.

La técnica innovadora que proponen Bosch y Roig podría sentar un precedente para futuras restauraciones en todo el mundo.

La restauración de arte es esencial para mantener vivo el patrimonio cultural y estas iniciativas tienen un efecto importante no solo en el arte en sí, sino también en el valor histórico y emocional que representan para las comunidades locales y visitantes.

A medida que avanzan sus investigaciones, el equipo espera poder implementar estos métodos en otras obras de arte y establecer nuevas normas en el campo de la restauración artística.