Un grupo de artistas de Los Ángeles ha quedado devastado tras perder sus estudios y obras en incendios recientes. Las historias de resistencia y desafío ante la adversidad surgen entre la devastación.
En Los Ángeles, el pintor Alec Egan había dedicado dos años a la creación de obras para una exposición en solitario, que se esperaba inaugurara a finales de enero en la galería Anat Ebgi, situada en la Avenida Wilshire de Santa Mónica.
Sin embargo, ahora cada uno de esos lienzos ha quedado reducido a cenizas. "Es terror y desesperación", expresó Egan en una entrevista telefónica desde el Hotel Beverly Hills, donde se encontraba resguardado junto a su esposa y sus dos hijos pequeños.
Una imagen proporcionada por Egan muestra su hogar, el cual fue devorado por las llamas, llevando consigo las obras que había creado para la muestra.
Egan es uno de varios artistas que han sufrido pérdidas devastadoras debido a los recientes incendios en la región de Los Ángeles. Muchos han visto cómo se desvanecen sus estudios, sus creaciones y, en algunos casos, hasta sus propios hogares.
La artista Diana Thater, conocida por sus instalaciones de arte que combinan películas y luz inspiradas en la naturaleza, y su esposo, el artista conceptual T.
Kelly Mason, almacenaban una vasta colección de su trabajo, que incluía décadas de metraje de video, cintas maestras y pinturas, en un garaje con control de temperatura.
Desafortunadamente, esa instalación también fue destruida junto a su casa en Altadena. "Es duro vivir hasta los 62 años y perder toda tu vida en una sola noche", comentó Thater desde la casa de un amigo, donde ella y Mason están durmiendo en el suelo junto a sus tres gatos.
Entre sus pérdidas se encuentra una obra en progreso que había sido encargada para la reapertura del ampliado Museo de Arte del Condado de Los Ángeles en 2026.
"El metraje en bruto es lo que más me afecta", agregó Thater. "Ahora, todo lo que tenemos cabe en este pequeño cuarto.”
Otro caso es el de Camilla Taylor, quien llora la pérdida de más de 20 años de su trabajo artístico, aniquilado en su estudio en West Altadena.
Aunque las herramientas y materiales pueden ser reemplazados, como el equipo de grabación que perdió valor en cientos de miles de euros, las obras en sí son irremplazables.
Por su parte, la artista multimedia Kathryn Andrews se enfrenta a la devastación tras perder su hogar en Pacific Palisades y toda su colección de arte, la cual incluía obras adquiridas a través de intercambios con destacados artistas como Rashid Johnson, Jim Shaw y Charles Long.
"Estas obras son símbolos de esta magnífica red de amistad que se forma entre los artistas", afirmó Andrews, reflejando la tristeza de perder esos lazos tangibles.
"Es realmente lamentable perder eso. El seguro no puede reemplazarlo."
La tragedia de estos artistas resalta no solo el costo físico de las pérdidas, sino también el impacto emocional y comunitario de los incendios, mientras intentan reconstruir sus vidas y sus carreras en medio de esta crisis.