La familia del fallecido actor francés Alain Delon opta por no cumplir con su deseo de sacrificar a su perro Loubo tras su fallecimiento, desafiando la petición con el respaldo de organizaciones de derechos animales.
El adiós a Alain Delon, uno de los actores más icónicos de Francia, ha estado rodeado de controversias tras su fallecimiento a los 88 años.
A pesar de que el legendario intérprete de "Le Samouraï" había dejado claro en vida su deseo de que su perro Loubo, un Belgian Malinois de 10 años, fuera sacrificado y enterrado junto a él, su familia ha optado por no cumplir con esta petición.
El deseo de Delon fue expresado durante sus últimos días, cuando manifestó que quería que Loubo lo acompañara en su descanso eterno en el cementerio de Douchy, su localidad natal.
Sin embargo, esta solicitud generó una ola de reacciones en Francia, especialmente entre los defensores de derechos de los animales.
Activistas y organizaciones como la Fundación Brigitte Bardot condenaron la idea de sacrificar al perro, argumentando que era injusto y cruel.
En respuesta a la presión pública y la indignación suscitada, la hija de Delon, Anouchka, anunció que Loubo permanecería en la familia y que no sería sacrificado.
‘‘Loubo, por supuesto, no será sacrificado.
Tiene su hogar y su familia’’, indicó la fundación en un comunicado en X, anteriormente conocido como Twitter.
A lo largo de su vida, Alain Delon fue un amante de los animales, llegando a tener más de 50 perros.
Era conocido por su profunda conexión con cada uno de sus compañeros caninos, y tuvo el cuidado de conservar los restos de al menos 35 de ellos en el terreno de su residencia en La Brûlerie, situada a 136 kilómetros al sureste de París.
Esta propiedad ha sido su hogar desde la década de 1970, creando un entorno que reflejaba su amor por los animales.
Durante una entrevista con la revista Paris Match en 2018, Delon compartió que Loubo era su 'perro de final de vida', destacando la relación especial que había desarrollado con él.
“He tenido 50 perros en mi vida, pero tengo una relación especial con este… me extraña cuando no estoy ahí”, confesó el actor.
La decisión de la familia de no sacrificar a Loubo refleja un cambio en la forma de pensar sobre la relación entre las humanas y los animales, así como el respeto a la vida y el bienestar animal que han promovido diversas organizaciones en los últimos años.
Este caso ha puesto de manifiesto la importancia de considerar el deseo de los seres vivos, más allá de las peticiones que puedan surgir en momentos difíciles para sus propietarios.
En definitiva, Loubo seguirá viviendo en el entorno familiar que tanto lo quiere, cumpliendo así una historia de amor entre un hombre y su perro que perdurará, más allá de la muerte de Alain Delon.