En un pueblo del suroeste de Francia llamado Nersac, un niño de nueve años tuvo que valerse por sí mismo durante dos años en un apartamento sin calefacción ni electricidad.

Durante el juicio que llevó a cabo el tribunal de Angoulême, se revelaron los escalofriantes detalles del abandono del niño, lo cual conmocionó a todo el país.

El niño sobrevivió comiendo galletas, pasteles y alimentos enlatados que su madre, de 39 años, conocida solamente como Alexandra, dejaba de vez en cuando.

Además, tenía que robar tomates del jardín de un vecino para poder alimentarse. Un testimonio de uno de los vecinos afirmó: 'Me hice un pequeño jardín y este niño venía discretamente a llevarse algunos tomates para comer'.

A pesar de la difícil situación en la que se encontraba, el niño logró asistir a la escuela todos los días, sin faltar ni una sola vez. Sus compañeros de clase comentaron que el niño les contaba que comía solo y se tomaba el autobús él solo. Nunca salía de casa, siempre se quedaba en el apartamento.

Durante los meses de invierno, el niño intentaba mantenerse caliente envolviéndose en tres edredones, ya que el apartamento, que pertenecía a un bloque de viviendas sociales, no tenía calefacción ni electricidad.

La fiscal pública Anne Medioni expresó su tristeza por el caso, señalando que el niño no tenía forma de lavarse con agua caliente.

Esta historia es un claro ejemplo del abandono y la negligencia a la que algunos niños son sometidos. Es importante concienciarnos sobre la importancia de proteger y cuidar a los más vulnerables de nuestra sociedad.